ANDRES BOASSO – El joven de El Trébol que fue becado por el Balseiro y que sueña con doctorarse y trabajar en investigación

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Andrés Boasso es un joven de la ciudad de El Trébol, de 22 años, hijo mayor de dos hermanos de una familia trabajadora. Su papá tiene un taller de alineación y balanceo y su mamá ayuda con los números y la administración.

Estudió la secundaria en la Escuela Técnica 343 General Martín de Güemes y ya de pequeño se destacaba por su aplicación y su constancia.

No demoró mucho en ser escolta y luego portar la bandera del establecimiento, pero lejos de ser un “chico nerd”, siempre mostró gran sencillez, compañerismo con sus amigos y una manera de ser amena que generaba admiración y afecto de sus compañeros.

“De pibe me gustaba meter mano en el taller de mi viejo, desarmando y armando cosas. Por lo general rompía más que armar. En la secundaria, me encantó cuando empecé con materias como física y química y me enamoré de la astronomía. Estudiar los planetas y las estrellas y tratar de entender cómo funciona la naturaleza”, explica Andrés a este medio, a 2000 kilómetros de distancia, desde su habitación en el Instituto Balseiro, una entidad académica argentina de nivel universitario que funciona en las instalaciones del Centro Atómico Bariloche.

Andrés de joven, supo alimentar su curiosidad, indagar, investigar y estudiar. Ganó premios a nivel nacional con la escuela y pasaba horas con su telescopio espiando el universo.

“Cuando terminé, me fui a estudiar a Rosario la licenciatura en física. Hice dos años, mitad presencial y mitad virtual por la pandemia y salió la posibilidad de ingresar al Balseiro, por lo que tuve que rendir un examen de ingreso”, dice Andrés.

El Balseiro

El Instituto Balseiro es una institución pública y gratuita con una serie de características que lo hacen único.

Es considerado, por su trayectoria, como un centro educativo-científico de renombre en Argentina, Sudamérica y el mundo, con dos premios Konex por considerarse la institución educativa más importante del país en la última década.

“Después del examen tuve una entrevista para ver si lograba entrar, pero hay muchos aspirantes y la competencia es durísima. Nunca me preparé específicamente para el Balseiro sino para hacer mi carrera en Rosario de la mejor manera”, señala tan sencillo como es.

El día que fue notificado de su aceptación, recuerda: “Me dio mucha emoción, pero también angustia por lo lejos que es. Vivir en Bariloche, tan lejos de casa me da una sensación rara. No puedo volver mucho a mi ciudad. Igualmente, la alegría fue tremenda”.

Andrés recibió una beca que incluye las comidas y la pensión en el mismo instituto Balseiro.

Éste, es hasta el momento, la única institución latinoamericana de capacitación en ciencias y aplicaciones de tecnologías nucleares dentro de la órbita del OPrganismo Internacional de Energía Atómica.

Un primer día no tan lejos

Andrés, recuerda como particular su primer día de clases y la pandemia tiene mucho que ver en esto. “Mi primer día de cursado lo hice en El Trébol y virtual. De hecho, el primer mes fue a distancia. El primer día en Bariloche, fue increíble, para mí será inolvidable por siempre. Ahora, el ritmo es tremendo, el día a día, Conocí cara a acara a cada uno de mis compañeros y los profesores. Hoy estoy bien, pero se viene la época de parciales y finales y estoy algo cansado, pero me gusta mucho”.

Andrés sigue estudiando licenciatura en física. “La diferencia son los laboratorios increíbles que hay acá”, destaca.

Estar lejos de su familia y sus amigos lo hizo crecer como persona. Si bien, en los últimos años estudió en Rosario, había muchos amigos de la secundaria en esa ciudad que, además, dista a sólo 160 kilómetros de El Trébol.  “Extraño, sobre todo el fin de semana, eso de salir con mis amigos de la secundaria. Extraño mi casa y mi familia, Pero acá la paso muy bien, no lo puedo negar. Cuando uno está ocupado no piensa tanto en eso”.

Mirando el futuro, el joven, que no pierde las ganas, los sueños y las ilusiones, avizora: “Quiero recibirme, hacer una maestría y un doctorado. En un futuro quiero hacer y trabajar en investigación y seguir evolucionando con esto que es mi vida. Ya sea en Bariloche, en Rosario y donde se me presente la oportunidad”.

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