Cuando el reloj marcó las cero horas, las copas se elevaron y esa larga historia de cien años quedó cristalizada en un instante. Las vías, el tren, la fábrica, el potrero, el fútbol. Así nacía Trebolgianos y así se comenzaba a forjar el Club Atlético El Expreso.
De aquellos años quedan los recuerdos, las anécdotas, las alegrías y tristezas, los aciertos y desaciertos, las conquistas y las derrotas; la vida misma, como la de cualquier persona, porque las instituciones son eso; son sus socios, sus hinchas; quienes la transitan, los que pasaron, los que están, y los que vendrán.
Un siglo después, el “Verde” está de festejo. Seguramente en un contexto que no era el esperado, el que se proyectó o soñó; la pandemia modificó los hechos pero no el sentir de su pueblo.
A pesar del viento y la lluvia, que sin dudas fue bendición, un grupo de dirigentes, profesores y simpatizantes, se juntaron en la secretaria del club, a esperar el gran momento y acompañar los últimos instantes de la cuenta regresiva.
No faltó la música ni los cantitos, tampoco la algarabía y los choques de puños simulando los abrazos que tanto hacen faltan.
La palabra del presidente
“El reloj llegó a cero y ya estamos en el 9 de septiembre. El tiempo no nos acompañó pero con el entusiasmo de la gente nos hizo olvidar la llovizna, el viento y el frío. Estamos festejando y celebrando el centenario”, señaló Gerardo Burga, presidente de la institución.
“Esta historia empieza con los trabajadores, la fábrica De Lorenzi”, recordó la máxima autoridad y siguió: “Ahí empieza la historia, en los terrenos del ferrocarril, en las canchas de fútbol que se armaban ahí. Fue cambiando de nombre varias veces pero como siempre decimos, la historia es la misma. Muchas personas nos pedía que se hicieras este reconocimiento para aquellos que hicieron tanto por la institución del barrio y creo que fue justo”.
