Podrían producirse más cambios por cuestiones electorales

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Asumieron Rossi y Puricelli: primera movida en el Gabinete – El ex diputado llega a Defensa, un área con presupuesto reducido. Y el santacruceño, a Seguridad, donde Berni mantendrá su poder. En una ceremonia de diez minutos, Cristina Kirchner plasmó ayer su primer cambio de Gabinete de su segundo mandato, con la toma de juramento a los nuevos ministros de Defensa, Agustín Rossi, y de Seguridad, Arturo Puricelli. El escenario fue el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, que la Presidenta usa muy poco. El primero en jurar tras la lectura de la fórmula de rigor por Cristina, fue Rossi, y lo siguió Puricelli. Ambos lo hicieron «por Dios y por la Patria».

«¡Olé, olé, Chivo, Chivo!», pusieron calor en el acto los seguidores de quien fue por años jefe de la bancada kirchnerista en la Cámara de Diputados, y al que se conoce por ese apodo. El Salón Blanco estuvo colmado, y detrás de la Presidenta se paró el Gabinete casi en pleno, y a los costados los principales funcionarios. En primera fila y entre los invitados se mezclaron dirigentes políticos, sindicales y sociales con algunos artistas. Una movida que podría repetirse por la inclusión de algunos ministros en las listas electorales (ver pág. 7).

A la derecha del estrado, como una más y capeando el temporal, se ubicó la ex ministra de Seguridad, Nilda Garré, cuya salida fue amortiguada con el sillón de embajadora en la OEA, con sede en Washington (su pliego ingresó ayer al Senado). Más allá de cómo se evalúen los resultados de su gestión, la foto de ayer estaba años luz de diciembre de 2010, cuando tras la represión y muertes en el Parque Indoamericano Garré asumió con impronta reformista (que llevaba de su gestión en el Ministerio de Defensa) y de lucha contra la corrupción policial en el recién creado Ministerio de Seguridad. Trascendió que Cristina le dijo a Garré que la necesitaba en la OEA para «reforzar» la diplomacia en la región tras la muerte de Néstor Kirchner y Hugo Chávez. Aunque en rigor el Gobierno da escasa relevancia a ese organismo que considera altamente influido por los Estados Unidos, y de ahí que prefiere darle poder a la Unasur, el organismo multilateral en donde se entiende con sus aliados sudamericanos.

«Pingüino», y de confianza de la Presidenta que desconfía de todos, Puricelli apunta a ser un ministro protocolar, mientras que Seguridad seguirá siendo manejado por el secretario Sergio Berni, también «pingüino», que disputaba el comando con Garré lo que hacía insostenible la relación.

En sus primeras declaraciones, Puricelli ratificó a las cúpulas policiales y afirmó que había que hacer «un combate en serio» contra el delito. También reiteró que se llevará «perfectamente bien» con Berni.

En cuanto a Rossi, asumió en un área muy específica, con la que nunca había tenido mayor vinculación. Hacía tiempo que Cristina le buscaba lugar en el Gabinete a Rossi porque fue un leal y eficaz jefe de bloque pero tenía problemas para renovar su banca por su distrito, Santa Fe, donde ahora el Gobierno espera armar una lista de diputados competitiva para darle pelea a la alianza del Socialismo y los radicales y al PRO.

Después de la jura, la Presidenta daba su acuerdo definitivo al armado de la estructuras de segundas líneas ministeriales. Los mayores cambios se esperan en Defensa, donde se ponía a punto una modificación de la estructura orgánica (ver página 7) que busca revitalizar la imagen caída de esa cartera, donde las Fuerzas Armadas padecen problemas presupuestarios casi endémicos y obsolescencia de sus sistemas de armas, materiales y equipos. Rossi es del riñón del kirchnerismo, y por eso no se sorprendió de saber que no designaría él a sus principales colaboradores. Se daban ayer como seguros los nombramientos de Ileana Arduino como secretaria de Asuntos Militares (número 2), y del camporista Santiago Juan Rodríguez (actual interventor de Fabricaciones Militares) en Planeamiento.

Fuente: Clarín.com

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