Los ganadores de la edición 2011 recibieron sus premios, con el qatarí Al-Attiyah como el mejor en autos, Coma en motos y Alejandro Patronelli en cuatris.

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El Dakar se despidió con un emotivo podio en La Rural – En total, 22 pilotos argentinos completaron la prueba, tras 14 días de batalla en los caminos de Argentina y Chile. El Rally Dakar Argentina-Chile 2011 ya es parte de la historia. Esta tarde, en La Rural, la reciente edición de la prueba off-road más exigente del mundo se tomó su tiempo para premiar a cada uno de los que finalizaron la competencia que había largado el primer día de enero y cerrado ayer en Baradero los tramos de velocidad. Así, en Palermo, en una jornada que comenzó con mucho calor y que terminó con una lluvia torrencial, los competidores que dieron la vuelta se llevaron sus medallas y otros, unos pocos, pudieron alzar la pesada y célebre estatuilla dorada del Touareg.

Tras ser la nacionalidad con más competidores anotados, un total de 22 argentinos lograron pasar por la rampa final del Dakar. Fueron ocho en motos, con Javier Pizzolito, el mejor argentino en la historia de la competencia, como abanderado. El de Honda terminó entre los veinte mejores y mostró su satisfacción al bajar del podio: «Es un desahogo después de tanto esfuerzo», reconoció. A él lo siguieron Eduardo Pulenta, Pablo Busin -que completó su segundo Dakar-, Pablo Pascual, Javier Mauricio, Pablo Rodríguez, Roberto Patti y Marcelo Santos. El podio de la categoría estuvo encabezado por el español campeón Marc Coma, seguido por el francés Cyril Despres. La frialdad en los festejos dejó bien en claro que la relación entre los ex compañeros de equipo no es la mejor.

Luego fue el turno de los cuatriciclos, categoría copada por los argentinos. Sobre 33 pilotos que arrancaron y 14 que llegaron, hubo en la rampa 8 competidores locales. En orden inverso, fueron subiendo Gagliardi, Mazzucco, Hansen, Maffei, Santamarina, Copetti y Halpern, el subcampeón que subió con todo su equipo y algunos familiares, con una bandera que decía «Felicitaciones Seba, sos un campeón». Pero el descontrol fue menor comparado con la fiesta que armaron los Patronelli, que celebraron con todo el «traspaso de mando» de Marcos, campeón de 2010, a su hermano Alejandro. Hubo saltos, música y euforia. «Le puse todo lo que había que poner, es increíble estar acá cuando casi me quedo afuera», dijo el de Las Flores mientras una gota de champagne se colgaba de la punta de su nariz.

Poco después fue el turno de los autos. Y allí la gran ovación de la tarde se la llevó el campeón, el qatarí Nasser Al-Attiyah. Batallador, talentoso, gran deportista y el mejor a la hora del contacto con los fanáticos, el Príncipe subió al podio en la VW Race Touareg 302 con una bandera de Qatar en el techo y luego se subió a él para hacer ondear otra, con mástil de madera. Segundos después, hizo algo inusual pero que pinta con claridad su espontaneidad: corrió por la arena de La Rural con el pesado trofeo del Touareg dorado sobre su cabeza, dando una suerte de vuelta olímpica dakariana. Una explosión de frescura que ratifica que está muy lejos, al menos en ese sentido, de Carlos Sainz, la otra gran estrella de la marca alemana.

Por el podio también pasaron, cuando no, los camiones del equipo Kamaz Master, con el zar Vladimir Chagin a la cabeza, y otros pilotos argentinos en autos, como Lucio Alvarez -el mejor , en el puesto 15 de la general tras el abandono de Orlando Terranova- y Emiliano Spataro y el Pato Juan Manuel Silva con sus pequeños bugguies McRae, entre otros. Así, tras dos semanas de batalla en el camino y a la espera de novedades sobre la próxima edición, el Dakar 2011 llegó a su fin. Tiempo de descanso para todos los competidores.

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