Viena Muebles festejó un cuarto de siglo de continuo crecimiento con una fiesta muy agradable.

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Veinticinco años de grandeza familiar – Trabajo y prosperidad Viena Muebles festejó sus 25 años de vida con una fiesta espléndida y agradable. Algo más de 130 personas, entre familiares, empleados, medios de comunicación y distribuidores de la empresa alzaron su copa para brindar por un cuarto de siglo próspero y exitoso:

«Si me retrotrajera en el tiempo pensaría que esto es imposible», le manifestó en un momento de la noche Daniel Bainotti a este medio y agregó: «Este es el fruto del trabajo que unión a la familia y el aporte de todos con cada granito de arena».

En otro rincón del salón, su hijo Guillermo con los ojos húmedos de tanta emoción confesaba: «No puedo parar de llorar. Viena es el motivo de vida de nuestra familia. Viena es casi todo y hasta se mete en nuestra mesa en el asado familiar de los domingos.

Velada notable

La noche estuvo condimentada con la extraordinaria atención de Bajo Cero Carlos Pellegrini desde la recepción hasta el trasnoche, junto a exquisitos platos calientes y fríos y postres a elección.

El sonido, la música y la iluminación de Recalde resaltaron cada momenbto y cada detalle de la velada a la perfección.

Cada mesa estuvo «regada» con muy buen vino, champagnes, gaseosas y cervezas de altas marcas y el eje de la noche fue la amistad y la camaradería entre los empleados, los familiares y quienes pasaron o pasan por la historia de la familia Bainotti a lo largo de este cuarto de siglo.

El salón social del Club El Expreso estuvo decorado a la perfección en blanco y rojo, los colores de Viena Muebles, por Lorena y Mari Tuninetti y el ambiente fue calefaccionado para la ocasión.

Ballet

Sobre el escenario, el ballet «Pampa y Senda» de Bell Ville flasheó con cuadros de tango, folklore y malambo en sus tres presentaciones arrancando el aplauso de los presentes. Lo cordobeses llegaron recomendados por la propia Graciela Pons.

Brindis

La gente de Red Porteña, también celebró su vínculo a Viena de 16 años, pero además, había más motivos para festejar: Daniel Bainotti y su esposa cumplían 32 años de casados. Sin dudas, fueron muchos los motivos para alzar las copas, recordar el pasado, vivir intensamente el presente y brindar por un futuro que se presenta cada día más brillante.

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