La historia del 15 de enero – Por Esteban De Lorenzi

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El 15 de enero de 1890 un agudo silbido de locomotora y un blanco penacho de humo que poco a poco fue esfumándose en la azulada atmósfera” anuncia, en horas de la tarde, la presencia del tren, que marcará un hito fundamental en el crecimiento y desarrollo de El Trébol (Diario “La Capital” de Rosario, 17.05.1936, pág. 26).

El 11 de enero de 1890 se autoriza la inauguración de la segunda sección del ramal Cañada de Gómez a Las Yerba (Sastre) del Ferrocarril Central Argentino por medio del decreto firmado por el Presidente de la Nación Juárez Celman. La primera etapa, Cañada de Gómez a Las Rosas se habilita el 16 de septiembre de 1889. La tercera y última etapa: El Trébol- Las Yerbas (Sastre) el 15 de abril de 1890.

Anteriormente ya estaba habilitada la línea Rosario a Cañada de Gómez. Hay que recordar que el 7 de julio de 1886 se faculta a los hermanos Hume realizar su proyecto de construcción del ramal ferroviario de Cañada de Gómez a El Trébol. Pero por la influencia del Ferrocarril Central Argentino, constructora del primer tendido de larga distancia en el país, Rosario-Córdoba; inclina su autorización, que se produce el 23 de septiembre de 1886. Al firmar el presidente Julio Roca en favor del Central Argentino, fundando la medida en la obra anteriormente mencionada. De acuerdo al proyecto federal de Justo José de Urquiza, durante la presidencia Bartolomé Mitre se aprobó la viabilidad a la construcción de la línea férrea Rosario Córdoba. El 19 de abril de 1863 comienzan los trabajos. El 18 de mayo de 1870, se habilita el ramal hasta la ciudad de Córdoba.

El ferrocarril significa el medio de transporte más veloz y seguro de aquellos tiempos, imprescindible para acercar maquinarias, semillas y demás insumos requerido por los colonos, y luego, cumplido el ciclo, transportar la cosecha al puerto o a los molinos harineros. Es el complemento que faltaba para que los frutos de estas fértiles tierras se ofrecieran al mundo.

Ello trae aparejado, por un lado, la llegada de nuevos inmigrantes para trabajar el suelo y posibilitar una mayor creación de riquezas, y por el otro, la radicación de numerosos comerciantes y artesanos que se instalan para satisfacer las necesidades que genera la
actividad agropecuaria.

Lo insólito es que la Estación Ferroviaria El Trébol se ubica en la propiedad de José Taís, que posteriormente procede al loteo del Pueblo de su mismo nombre, y no al de la Compañía de Tierras e Inversiones, que se encontraban al sur de ésta. Decimos insólito, pues el valor de los terrenos se acrecentaba. El loteo realizado por la Compañía de Tierras e Inversiones, subsidiaria de la Compañía Ferroviaria, consecuentemente, no cuenta con la Estación Ferroviaria. El propietario de la Estancia Las Taperitas, doctor Eduardo Passo la pretende, más al norte, donde había fundado el Pueblo Passo. Sin dudas las influencias políticas de Taís deben haber sido muy importantes para conseguir tal franquicia.
Los británicos al trazar la línea férrea Cañada de Gómez-Las Yerbas (Sastre) son quienes nominan a las estaciones ferroviarias que construyen, que dan la denominación a los pueblos. La Rosas y Los Cardos se debe a las flores nacionales de Inglaterra (las rosas blanca y roja) y Escocia (el cardo), respectivamente. El nombre que asignan a la Estación de El Trébol se debe a la flor nacional de Irlanda.

La planta de trébol contiene tres lóbulos, de allí la razón por la que esta planta ha sido designada por los irlandeses como su flor nacional, que se remonta al Siglo V, cuando San Patricio la utilizaba para explicar a los paganos lo que era la Santísima Trinidad. Para que lo entendieran utilizaba un trébol como muestra, explicando que la Santísima Trinidad, al igual que esta planta, era una misma unidad pero con tres personas diferentes. Erróneamente por muchos años, se ha considerado al logo de El Trébol con cuatro foliolos, que es conocido como el trébol de la buena suerte.

El vital acontecimiento que significa el arribo del tren, es a la postre reconocido por decisión Municipal al dictar el Decreto Nº 195/1990, firmado por Ana María Mujica a cargo del Departamento Ejecutivo Municipal, refrendado por Oscar Montalbetti, a cargo de la Secretaria de Gobierno, que consigna en su Artículo 1º: “Establecerse el 15 de enero de 1890 como fecha fundacional de El Trébol sin que ello desmerezca los hechos anteriores y posteriores que en conjunto, atendiendo a la particularidad de la creación de tres poblaciones contiguas con sus respectivas colonias, configurarán el comienzo de la existencia de la localidad”. Este sin dudas, como lo señala en el primer considerando de la norma, “debe considerarse el principal en la sucesión de hechos que dieran sustento a la población de El Trébol”.

Coincidiendo con esta designación, tal lo transcripto por el historiador Rubén A. Pronnos en “El Trébol Dinámica de un Pueblo”, pág. 9, queda por señalar lo expresado por el historiador José Antonio Pedernera: “la fundación de un pueblo, villa o ciudad lo constituye el complejo de hechos, circunstancias y acontecimientos que dieron como resultado el comienzo de su existencia, vale decir, que determinaron el establecimientos de sus primeros vecinos con el deliberado intento de constituir una población permanente, un centro urbano”.

En homenaje a la memoria de nuestros antepasados sigamos trabajando aún con mayor intensidad por este “TRÉBOL”, cuyo nombre nos lo dieron los británicos y que forjaron mayoritariamente italianos, españoles y criollos.
(Extracto del Libro en elaboración «EL TRÉBOL GRINGO»)

Esteban De Lorenzi

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