JUICIO POR 350 DESAPARECIDOS – Condenas por el secuestro y asesinato de Luis Alberto Tealdi

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Por Ruben Adalberto Pron

Diecinueve ex represores de la última dictadura cívico-militar fueron condenados a distintas penas –diez de ellos a prisión perpetua–por la desaparición de Luis Alberto Tealdi, obrero de la metalúrgica Cometarsa, que pertenecía al grupo Techint, secuestrado en Campana en 1977.

Tealdi fue una de las 350 víctimas cuyos casos fueron examinados en la llamada “Megacausa Campo de Mayo” en la que emitió sentencia el Tribunal Oral Federal Número 1 de San Martín integrado por los jueces Daniel Gutiérrez, Silvina Mayorga y Nada Flores Vega.

Tealdi, quien vivió en El Trébol hasta principios de la década de 1960, fue uno de los fundadores del Sindicato de Obreros Lácteos y Afines –actual Atilra–, que presidió en dos ocasiones. Tealdi tenía 55 años cuando fue secuestrado.

Fue una de las principales figuras en la huelga de los trabajadores que en la fábrica De Lorenzi (ahora perteneciente a la empresa Williner) se prolongó por 79 días en 1950 hasta lograr la aceptación del laudo arbitral nacional, resistido por las patronales, que establecía los salarios que debían pagarse a los obreros del sector en todo el país.

Además, fue arquero y luego director técnico del fútbol de El Expreso hasta abandonar la localidad para radicarse primero en Mendoza y finalmente en Campana.

La lista de condenados por éste y otros crímenes cometidos por la última dictadura es encabezada por el ex general Santiago Omar Riveros, a cargo en esa época de la jefatura del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo, por donde, según la fiscal Gabriela Sosti, pasaron más de 6.000 personas de las cuales sobrevivió “menos del uno por ciento”.

Muchos de los detenidos-desaparecidos fueron arrojados con vida al mar desde un avión que aún se encuentra abandonado en Campo de Mayo y otros se cree que fueron asesinados y enterrados clandestinamente en el mismo predio, donde se los sigue buscando.

En la megacausa que culminó con las sentencias emitidas el miércoles último declararon 765 testigos, entre ellos unos pocos sobrevivientes de los centros clandestinos de detención que existieron en ese vasto predio militar.

Entre ellos se contó la maternidad del hospital del lugar, donde varias mujeres dieron a luz antes de ser asesinadas y cuyos hijos fueron apropiados.

“Ahora entiendo por qué se oían llantos de bebé”, comentó un vecino de El Trébol que por entonces cumplía el servicio militar en esa guarnición.

Los acusados en este juicio, además de Riveros, fueron Luis del Valle Arce, Bernardo Caballero, Miguel Conde, Carlos Eduardo José Somoza, Mario Rubén Domínguez, Hugo Miguel Castagno Monge, Arnaldo Julio Román, Eugenio Guañabens Perelló, Carlos Daniel Caimi, Luis Sadi Pepa, Ramón Vito Cabrera, Roberto Julio Fusco, Francisco Rolando Agostino, Raúl Guillermo Pascual Muñoz, Alfredo Oscar Arena, Carlos Javier Tamini, Federico Ramírez Mitchell, Luis Pacífico Britos y Carlos Alberto Rojas.

Las víctimas eran trabajadores de la zona de Zárate y Campana, comprendida dentro de lo que los militares habían caracterizado como “la serpiente del Paraná” que comenzaba en Villa Constitución. En esa franja costera de la provincia de Buenos Aires “estaban ubicadas las siderúrgicas que en ese momento marcaban el perfil industrial argentino” y donde “había una clase obrera muy consciente y militante, por lo cual la represión estuvo tremendamente centrada en ese lugar”, explicó en el juicio la fiscal Sosti.

En Campana fueron desaparecidos Luis Alberto Tealdi, Oscar Orlando Bordisso, Lidia Esther Sena de Badino, Darío Ceferino Fernández, Néstor Harriague, Ricardo Victor Guerrero, Edgardo Eladio Marinez, Carlos María Rodríguez y Patricia Ofelia Venturi, Américo Rodríguez, Nillo Agnolli, Ramón Demetrio Calogerópulos, Raúl Aroldo Moreno, Alberto Luis Bedia, Ruben Matildo Frutos, Armando Culzoni, Jose Ramón Amarilla, Pedro García, Pedro Ernesto Altamirano, Juan Carlos De la Fuente, Abel Horacio Castillo, Rómulo Miguel Moren, integrantes de la familia Villaverde, Angélica Encarnación Fernández, Lucila Alberta Nerone, Celia Marta Izaga y Carlos Martín Gatica.

Otros secuestrados, que lograron sobrevivir, fueron Alfredo Alberto Cardozo (Zárate), Juan Matías Bianchi y Julio Jorge Damario.

Tealdi fue secuestrado a pocos metros de su casa el 28 de septiembre de 1977 a las 4.30 cuando se dirigía a su trabajo luego de una noche lluviosa.

Represores de civil a bordo de por lo menos dos vehículos, se cruzaron delante del Renault 4 celeste que manejaba Tealdi y, al verse impedidos de llevárselo en el mismo coche porque había quedado empantanado en el barro de la calle, lo sacaron a la rastra para subirlo a uno de los autos con que lo habían emboscado.

En el lugar del secuestro, presenciado por su esposa María Borghetti que estaba cerrando el portón del garaje de la casa, quedó como mudo testigo del hecho uno de los borceguíes del aguerrido trabajador de Cometarsa.

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