El taller protegido, es ese lugar en la ciudad, en el que muchas personas con discapacidad que salieron de la escuela especial, recalan, para poder trabajar, relacionarse y convivir.
En ese lugar, en el que todo cuesta el doble, porque está dentro de los «grises» que el sistema expone día a día, cada logro es un triunfo.
Ahora, hay motivos para festejar. Las cuidadoras del Taller protegido de la ciudad de El Trébol y sus operarios, ya fueron vacunados.
Tras una intensa gestión, las inoculaciones llegaron a las trabajadoras del lugar, que no estaban plasmadas como «trabajadoras de salud» ni como «docentes».
Al respecto, María Alejandra Díaz de Azevedo, Presidente de la Comisión, manifestó: «Estamos contentos porque terminamos con la primera dosis de la vacunación, primero para los operarios y luego para las cuidadoras. Era importante porque ellos trabajaban en burbujas de a 2 o 3 chicos por día y hasta que las chicas no cumplieran los 21 días después de la vacunación no se iba a poder volver para trabajar, por eso el apuro de que las vacunaran».
Alejandra resaltó: «Es importante, porque el taller es el segundo hogar de los operarios, incluso ahí comen».
Gestiones y lucha
«Hablamos con la gente de la Sub Región 4 de Salud, tanto con el Doctor Diego Brigalia, como con la Licenciada Valeria Fariza y luego con la gente del Municipio. El tema es que las chicas no son trabajadoras de salud», explicó Díaz de Azevedo y agregó: «Todo lleva tiempo, logramos recuperar la personería jurídica, en eso nos ayudó mucho la Municipalidad, para que podamos recibir subsidios y hacer otras gestiones».
Pero la lucha sigue. Las cuidadoras, que trabajan a diario, educando, ayudando y guiando a personas con discapacidad, aún siguen trabajando fuera de regla. «Aún seguimos gestionando para que las cuidadoras estén en blanco con sus trabajos. Esta institución lo merece. Es algo tan digno, que no debería pasar en este país. No nos rendimos, seguiremos buscando la manera», apuntó la presidenta de la comisión.
