De Santa Fe al espacio: la historia de la especialista que construyó el satélite SAOCOM 1B

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Eliana Sánchez se puso la remera con la imagen del satélite en el que trabajó, orbitando en el espacio con las siglas SAOCOM (Satélite Argentino de Observación Con Microondas). Entre pizzas caseras, frente al televisor, vio con su familia en la capital provincial el lanzamiento que se realizó este domingo desde Estados Unidos en el centro espacial de Cabo Cañaveral por un cohete Falcon 9 de la empresa Space X. «Fue muy emocionante, una experiencia muy linda. Que se pueda ver al Presidente, y a la gente que ha trabajado con una y que haya salido todo bien es gratificante», dice a UNO Santa Fe.

Sánchez estuvo durante más de dos años en el equipo que diseñó, construyó y lanzó el SAOCOM 1B. Comenzó sus estudios en la Escuela Industrial Superior donde se recibió de Técnica Mecánica en 2007, y era una de las siete chicas de tres cursos de casi 90 personas. Cuando siguió sus estudios en ingeniería mecánica en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), fue la única mujer de su camada. Continuó su formación en la misma universidad pero en Córdoba donde recibió el título de Magíster en Tecnología Satelital Mención Mecánica y trabajó dos años en el empresa argentina VENG S. A. que se dedica a la industria aeroespacial y aviación. Desde 2019 se encuentra en la ciudad de Santa Fe como becaria de Conicet para conseguir el doctorado en Ingeniería-Mención Mecánica Computacional.

En relación al trabajo específico que llevó adelante en la empresa que desarrolló el satélite, Sánchez, de 31 años, explica: «Estuve en la integración y ensayo mecánico de la antena del SAOCOM 1A Y 1B. Recibíamos los centros de emisión y recepción de la antena, que ensayábamos mecánicamente, lo sometíamos a vibraciones dinámicas como las que iba a sufrir durante el lanzamiento. Después, integrábamos esas cajas electrónicas a los paneles. La antena tiene una dimensión de 10 metros por tres. Está compuesta por siete paneles y tiene cuatro de esas cajas electrónicas. Así las fuimos armando y midiendo, hicimos ensayos, básicamente ese fue el trabajo».

«El SAOCOM 1A Y 1B son exactamente iguales. Cuando entré a trabajar en 2017 estaban terminando de armar la antena del 1A para llevarla a Bariloche, esa herramienta es el instrumento principal del satélite, después la otra parte da energía, donde está la computadora de a bordo y las antenas para comunicarnos con tierra», agrega.

Sobre sus intereses tan tempranos en esta área del conocimiento, describió: «Siempre me gustó mucho la astronomía, justo cuando estaba terminando la secundaria recibí una beca del Instituto Balseiro para ir a recorrer las instalaciones. Ahí se estaba trabajando en ese momento en satélites y cuando los vi me enamoré. Siempre me gustó armar y desarmar cosas, también me gusta mucho la física, la mecánica tiene bastante de eso; no es armar y desarmar autos, trabajando en un ambiente espacial no me ensucié las manos».

Cabe destacar que la jefa del Proyecto SAOCOM, es una mujer, Josefina Péres. «Éramos poquitas, pero estábamos», señala Sánchez. El lanzamiento fue el resultado de más de 10 años de trabajo, con el aporte de más de mil profesionales y 80 instituciones y empresas del sistema científico tecnológico nacional, completa la Constelación SAOCOM, que representa la misión espacial más ambiciosa de la historia argentina. El satélite brindará importantes servicios para la producción agropecuaria y la gestión de emergencias ambientales, entre otros aspectos. También completa junto al SAOCOM 1A el Sistema Italo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (Siasge).

A pesar de la presencia de mujeres en estas carreras y empresas, la representación sigue siendo muy baja y quedan estereotipos por derrumbar en cuanto a cuestiones de género. «En la secundaria, dentro de todo en mi curso éramos cinco, tenía mis amigas entonces la llevábamos bien. Pero en la facultad eran 80 varones y yo. Estaba sola. Así que tuvo sus momentos, pero todo sirvió para hacerse más fuerte y poder seguir con lo que me gustaba. Son caminos que se pueden abrir», reflexiona en UNO Santa Fe.

«En el centro de estudiantes de la UTN hoy son conscientes de este tema, se dan charlas, y se van abriendo oportunidades para hablar con ingresantes, lo que pasa es que la facultad termina siendo un poco tarde. Por ahí deberían empezar a mostrarse estas carreras en primaria, de más chicos, para dejar que las nenas puedan hacer lo que realmente quieren. Es un lindo camino para recorrer», apunta.

Por último, al ser consultada cómo seguirá su carrera, sostiene: «Cumplí mi sueño de trabajar en un satélite. La verdad que ahora es el día a día. Estoy haciendo el doctorado, porque me quiero recibir, y lo estoy disfrutando. Si puedo volver, bienvenido sea. Estoy muy abierta al futuro».

Fuente: Uno Santa Fe

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