Matrimonio Igualitario, 10 años de derechos conquistados

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Se va terminando el día y no quería dejar pasar una fecha tan importante. Hace 10 años, un 15 de julio de 2010, se sancionaba la Ley de Matrimonio Igualitario. Ni más ni menos, se sancionaba una ley que otorgaba derechos, que deba igualdad a las personas. Y eso no tiene precio.

Entre controversias, con voces en contra, con mucha crueldad, sesgo, discriminación, fobia y demás sensaciones malas; la lucha de años, la militancia de la calle, el amor y el compromiso social, conquistaba un derecho.

Solo basta con mirar las imágenes para sentir la inmensa alegría reflejada en los rostros de aquellas personas que durante años levantaron la voz visibilizando las desigualdades existentes y el sufrimiento por tener una sexualidad distinta a la heterogénea.

Una década de aquel hecho inédito. Necesario para los tiempos en que vivimos, en donde muchas personas creen tener más derechos que otros y utilizan sus privilegios para avasallar sin tapujos. Necesario para sellar la equidad e igualdad ante la ley.

Pero más allá de esto, a veces me pregunto, desde mi concepción libre de prejuicios, porqué fue y es necesaria esa ley; porqué hay que especificar que somos iguales; porqué hay que explicar a otros que todos gozamos de los mismos derechos, sí los tenemos por naturaleza. Si somos libres, somos soberanos de nuestro cuerpo, de nuestra mente. De lo que somos y queremos ser.

Creo que sólo cuenta ser buena gente, que no cambia nuestro concepción humana ser heterosexual, homosexual, gay, lesbiana, bisexual, transexual, transgénero, travesti, intersexual o no binarie. No importa la identidad de género o la orientación sexual que tengamos. Solo cuenta ser feliz.

Celebro aquella conquista. Celebro la llegada de los derechos. Celebro que hoy seamos un poquito más igual. Lo celebro porque miles de vidas comenzaron a ser otras, porque cambiamos como país la realidad de las personas.

La lucha de la comunidad LGBTIQ+ sigue. Esos derechos conquistados muchas veces no se cristalizan en la práctica y la homofobia es parte de la sociedad. Sigue porque todavía hay seres que piden explicaciones de la sexualidad ajena. Sigue porque piensan que es una enfermedad. Sigue porque no hay cupos de trabajos. Sigue por los prejuicios que están arraigados en el conservadurismo ciudadano.

Celebro vivir en un país con conciencia social. Celebro que cuando algo no esté bien, cuando no haya igualdad se salga a la calle y se conquiste aquello que no está dado.

Con aquella ley, la Argentina fue más justa. Celebro los 10 años del Matrimonio Igualitario.

Por Melisa Barrios.

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