NIUNAMENOS – Una consigna que construyó redes para afrontar la «pandemia» de los femicidios

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“A 5 años del primer grito, hoy 3 de Junio, volvemos a gritar NI UNA MENOS”, recuerdan con fuerza el equipo del Servicio Local de niñez, adolescencias y familias de El Trébol, que junto a otras profesionales también, trabajan en silencio acompañando a las mujeres en situación de vulnerabilidad poniendo sus cuerpos y el alma, por cambiar la dura realidad.

El 3 de junio de 2015 se realizó por primera vez la marcha con la consigna #NiUnaMenos, debido al femicidio de Chiara Páez, una adolescente de 14 años, oriunda de Rufino. La joven estaba embaraza y fue asesinada por su novio.

“Esto conmovió a todas las organizaciones sociales y movilizó a convocar una marcha que se expandió enormemente en poco tiempo e hizo que a nivel internacional, diferentes países de Latinoamérica inclusive de Europa, se sumaran a la consigna. Figuras públicas, artistas, deportistas, y otras personalidades también fueron parte y reclamaron por el femicidio de Chiara y por todos los demás femicidios que se venían sucediendo en Argentina”, explicaron.

La historia del #NiUnaMenos

Sin embargo, retrotrayendo la historia, el #NiUnaMenos data del año 1995 cuando Susana Castillo, una mexicana defensora de los derechos humanos y las mujeres, escribió un poema que tituló “Ni una muerta más”, en el que protestó y denunció las muertes de las mujeres.

Tiempo después, murió por un femicidio en el año 2011 y desde allí, la consigna “ni una muerta más” comenzó a circular hasta que se transformó en “ni una menos” y fue tomada por las organizaciones sociales.

“Esto demuestra que la consigna tiene un valor colectivo y no le pertenece a nadie sino a la construcción de territorio, que van en búsqueda de un mismo objetivo, que es denunciar las atrocidades y violencias del patriarcado. Fue inspiración y construcción de distintos momentos históricos hasta llegar al 2015, y que persiste en la actualidad”, ahondaron.

Una fecha que arde en el calendario

“Desde ese tiempo a esta parte, esa voz colectiva hizo que esta fecha sea incorporada en el calendario de los DD.HH. Ni una menos, es en resumen, la necesidad de las mujeres a ser vistas y escuchadas dentro de un sistema patriarcal y machista que estigmatiza, segmenta, vulnera y mata.”, contaron y profundizaron: “La construcción de redes y espacios ya sea en lo personal y/o institucional son fundamentales para sentirnos acompañadas, escuchadas, contenidas y valoradas. Las mujeres tenemos que saber que no estamos solas, y que nunca es tarde para pedir ayuda”.

Hoy más que nunca, hablaron de seguir fortaleciendo todas las redes que las mujeres supieron construir para que las demandas sean una realidad concreta del futuro inmediato. “Si esta pandemia nos enseñó algo es que nos tenemos y que las redes que construimos no se pueden romper”, apuntaron.

En este sentido, el “Ni Una Menos” no encontrará a las mujeres en las calles pero si sostenidas por redes para escucharse, para hacer memoria colectiva de los duelos y acciones, para reconocer la potencia que en estos años hizo crecer en masividad y organización, la lucha.

“Sabernos juntas, hoy más que nunca, con la fuerza que nos dan las pibas que ya no están, y con el furor de saber que entre todas vamos a seguir luchando, en todos los espacios que nos negaron. Para revolucionar, para cuestionar y para transformar todos los vínculos que nos encarcelaron, todos los roles que nos impusieron, todas las  violencias que ejercieron sobre nuestros cuerpos, todos los gritos que callaron”, manifestó el Servicio Local.

El femicidio

El origen de los femicidios es aquel sistema machista y patriarcal. Ese sistema sostenido por miles de acciones que somete a cada mujer, cada día en los diferentes ámbitos: laboral, doméstico, económico, etc.

“Es el final de una larga cadena que no arranca y termina con el vínculo de pareja, es mucho más amplio que eso, es el poder ejercido de los varones sobre las mujeres en toda la sociedad, es la injusticia que sufrimos cada día. No solo se habla de la muerte de las mujeres, sino también  de los transfemicidios, transvesticidios y femicidios trans”.

Sin dar vuelta, y con las palabras justas, estas mujeres comprometidas en el trabajo de calle –in situ-  afirmaron: “Son muertes y crímenes que se producen por rechazo, por discriminación, por racismo. Son crímenes de odio”.

Mariposas

«Ella estaba enamorada. Sin embargo, a él solo le gustaban las chicas delgadas. Asique una noche, ella se la pasó vomitando. Vomitó, vomitó, vomitó como nunca en su vida. Después de unas horas, miró el lavabo y sonrió. Había logrado su cometido: todas las mariposas de su estómago estaban fuera. Ya no sentía nada por él», escribió Santiago Pedraza sobre el renacimiento de una mujer.

Por un 3 de junio más de lucha, donde cada mujer pueda elegir cómo y con quién sentir esas mariposas. Elegir y decidir sobre su cuerpo, cuestionar todo lo que nos fue impuesto desde años.

Por un 3 de junio en que nos importe más las chicas que perdimos y perdemos a diario que las paredes pintadas y las tetas al aire.

Por un 3 de junio donde las mujeres podamos vernos primero entre nosotras sin cuestionar cómo estaba vestida.

Por un 3 de junio lleno de libertad y vida, unidas y con más fuerza.

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