Violencia y femicidios, la otra pandemia que afecta a las mujeres

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Hoy el coronavirus se lleva toda la atención por la magnitud de la pandemia, las consecuencias y efectos inéditos en esta parte contemporánea de la historia mundial.

Pero detrás de estas noticias, en Argentina hay otra pandemia tan violenta y mortífera. Se llama femicidios, y todos los días se cobre LA VIDA DE LAS MUJERES.

El aislamiento social, preventivo y obligatorio hace que las mujeres estén más expuestas, conviviendo todo el tiempo con sus agresores, que en su mayoría son sus parejas o familiares cercanos.

Pero a pesar del miedo, de la violencia y la cuarentena, hay que decir que esas mujeres no están solas, que hay redes que pueden ayudarlas, y que salir de ese hogar violento no implica romper el aislamiento o infringir la ley.

La ayuda es fundamental y la licenciada en trabajadora social, Camila Fernández habla sobre esta situación tan crítica, cuenta la realidad y deja un mensaje de apoyo y sororidad para aquellas que hoy viven una doble pandemia.

Las mujeres y el aislamiento

“En estos días estaba escuchando una charla de militantes feministas entre ellas Dora Barranco y la Ministra de Género de Buenos Aires. Y la situación es muy alarmante. Hoy –por el jueves 16- hubo tres femicidios en el conurbano bonaerense y es tremendo”, comenzó contando Camila.

En relación a esta situación, señaló que Organización Mundial de la Salud (OMS) hoy en día, habla de otra pandemia mundial y la llama “violencia familiar doméstica”.

“Las mujeres se encuentran sin aquellos recursos que antes tenían, que es poder acudir a los servicios que ofrece el Estado, a las redes familiares, amigos, amigas y amigues; en los cuales podían encontrar cierto sostén, u acompañamiento para esta situación y hoy no la tienen”, alegó.

Los datos son alarmantes y se ven desde que se pronunció el aislamiento social: “La cantidad de mujeres muertes en manos de varones, la cantidad de femicidio que ha  habido. Esto significa que el patriarcado y el machismo no están atravesados por esta cuarentena, y es necesario fortalecer los dispositivos, que estén acorde a este nuevo contexto, a las situaciones de las mujeres en contexto de violencia de género. No es un tema menor. Va a la par de la salud y la economía”.

El pronunciamiento del aislamiento, según explicó la profesional, trajo aparejado el aumento y la profundización de las situaciones de violencia. “Implicó poner en preguntas, que pasa con aquellas mujeres que inevitablemente tienen que cumplir esta disposición, como una estrategia de cuidado contra el COVID19, con sus agresores. Sabemos que las estadísticas muestran que la mayoría de los agresores, violentos y femicidas son de un contexto cercano, familiar de las mujeres”, argumentó y planteó sobre ese gran vacío que al momento no tiene respuestas.

“El ¿Qué pasa con estas mujeres? Viene acompañado de todos aquellos recortes y limitaciones en acceso a la justicia. Sabemos que es muy difícil que las mujeres hagan una denuncia tanto en una fiscalía, como en una comisarías; y con las nuevas limitaciones en el contexto de pandemia, aún más”, profundizó sobre el que hacer y cómo actuar ante hechos de violencia.

Redes que contienen y sostienen

“Tenemos que ver que hay una situación al rojo vivo, completamente de emergencia, en donde hay una brutal conformación del patriarcado, que se muestra”, afirmó y siguió: “Los especialistas dicen que hay muchos delitos que han bajado pero la violencia de género y los femicidios han aumentado notablemente”.

Más allá de estas cuestiones, la Licenciada sostiene que hay que plantear una afirmación clara y contundente: “El aislamiento no significa que las mujeres estén solas. Como sabemos, las militantes de feminismo y creo que todas las mujeres, la salida de la violencia es siempre colectiva. Y por eso siempre las mujeres, no solo en este contexto, sino desde hace ciento de años, venimos construyendo redes de cuidado, donde nos cuidamos entre nosotras”.

“Estas redes de contención, de acompañamiento, de solidaridad, de sororidad, las hemos tenidos en todas las épocas donde muchas veces, el Estado que es el que nos debe dar una respuesta, no ha estado, como por ejemplo el Gobierno anterior”, sentenció sobre el acompañamiento hacia la otra.

¿A dónde llamar? ¿Cómo actuar?

Hoy por hoy, en la Argentina hay más herramientas para reclamar y eso se traduce en la creación de un Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad que está construyendo herramientas para abordar estas situaciones.

“Una de las herramientas fundamentales es el número 144  en dónde se toman denuncias y a nivel local tenemos el teléfono de la guardia -15499360- en el que intervenimos profesionales del CAF, el SAMCo y la municipalidad”, indicó sobre los medios que tienen las mujeres para pedir ayuda.

“Si sabemos que hay una amiga, una vecina, una compañera o alguien que conocemos que está atravesando una situación de violencia, tenemos que acompañarla y acercarle las herramientas para salir de esa situación. No nos tenemos que quedar calladas, tenemos que denunciar, advertir; tenemos que tejer estas redes y con los espacios de atención, en el estado municipal, con los espacios de salud y otros”, ahondó.

Pandemia con perspectiva de género

Fernández destacó que “pedir ayuda en una situación de riesgo no es quebrar o romper el aislamiento”, y que “si una mujer está en una situación de violencia tiene que salir a la calle, tiene que pedir ayuda”.

“Es fundamental poder pensar con perspectiva de género este aislamiento como lo están haciendo los movimientos feministas y el estado, que está pensando, generando y construyendo políticas que cuiden a las mujeres en situación de violencia en este aislamiento”, asintió.

Hoy, hay muchas aristas y cuestiones que se caen con la cuarentena. Las preguntas que muchos se hacen sobre ¿Dónde estaba? ¿Cómo vestía? ¿Qué hacía solo en ese lugar? ¿Dónde estaba la madre de esta piba? Quedan sin sustento.

“Estas preguntas se caen porque las mujeres están en sus casas. Estas preguntas que responsabilizan continuamente a las mujeres como provocadoras de las violencias que se ejercen hacia nosotras, no tienen sustento. Significa que las mujeres somos personas en situación de riesgo por el hecho de ser mujeres. De haber nacido mujeres, de construirnos como tales, de haber elegido ser mujeres”, subrayó.

Para finalizar, Camila Fernández volvió a remarcar que el riesgo está muy cerca ya que la mayoría de las mujeres violentadas mueren en manos de sus compañeros, esposos, novios, padres, hermanos, primos.

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