Sin clases desde el día 1

Los docentes se preparan para otro inicio de las clases en conflicto. Ctera, Sadop, UDA y Conadu, gremios de la educación pública, privada y universitaria, ratificaron la huelga para hoy y mañana, que será continuada por el paro internacional del mujeres del 8 de marzo.

El reclamo al gobierno es para que convoque a la paritaria federal, suspendida en 2017 por el ministro de Educación Alejandro Finocchiaro y eliminada por decreto por el presidente Mauricio Macri en 2018.

La medida de fuerza también fue convocada en Santa Fe por Amsafe, UDA y Sadop, aunque son varias las escuelas privadas de esta capital que anunciaron a sus alumnos que las clases comenzarán en la presente jornada.

Sonia Alesso, titular de Ctera y de Amsafe, afirmó que “hoy la mayoría de los docentes no cubren la canasta alimentaria. Se están generando circuitos de escuelas pobres para pobres y escuelas ricas para ricos. Volvemos a tener chicos sin alfabetizar” todas medidas que -según la dirigente rosarina- son las consecuencias de dos años sin paritaria docente nacional.

La jornada de protesta de la fecha tendrá su epicentro con una movilización a Plaza de Mayo en la ciudad de Buenos Aires.
En cambio, seis provincias comenzarán hoy el ciclo lectivo tras lograr acuerdos paritarios. Son los casos de Neuquén, Misiones, Mendoza, Chubut, Santiago del Estero y Tucumán.

En Santa Fe, tras el paro de esta semana, el gobierno volverá a convocar a la paritaria docente para retomar las negociaciones que permitan llegar a un acuerdo para poner en marcha el ciclo lectivo.

Sadop, en tanto, exigió al gobierno provincial un oferta salarial que garantice recuperar el poder adquisitivo de los salarios perdido por las subas en los costos de las tarifas de los servicios públicos y de los productos de la canasta básica de alimentos. El gremio de la docencia privada anticipó que si no hay convocatoria a paritarias volverán a parar el 12 y 13 del corriente-

Según informaron a NA fuentes de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), el salario promedio de los docentes argentinos está en los 20.500 pesos en bruto, es decir, sin descuentos jubilatorios y otros impuestos. No obstante, hay grandes diferencias entre lo que ganan los docentes de una y otra provincia, aunque estas sean vecinas: el maestro jujeño gana 5.204 pesos menos que el salteño, quien cuenta con un salario de 23.638 pesos mensuales brutos.

Una familia tipo, en tanto, necesitaba en enero 26.442,92 para acceder a la Canasta Básica y no caer por debajo de la línea de la pobreza, según informó oficialmente el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Situación extorsiva

El abogado y especialista en Educación Rodrigo Miguel opinó sobre el conflicto salarial que volverá a impedir este año el normal inicio de las clases en varias provincias, y sostuvo que el reclamo salarial de los sindicatos “puede ser justo y es normal, pero no puede ser que esté atado al inicio del ciclo lectivo”, situación que calificó de extorsión.

“Todos los años pasa lo mismo, hay un reclamo salarial, sindical, que puede ser justo y que es normal que pueda existir porque hay inflación, pero no puede ser que esté atado al inicio del ciclo lectivo. Esta forma de protesta afecta la calidad educativa”, planteó Miguel, autor del libro ‘El Poder de la Educación‘.

En diálogo con NA, el experto en temas educativos remarcó que es “un error considerar que el salario mejora la calidad educativa, es importante que los docentes ganen bien pero la discusión solamente salarial es una extorsión. Es fundamental contar con docentes capacitados y con prestigio en la sociedad. La capacitación es importante. Deben ser evaluados constantemente y premiar a los docentes con mejores resultados, esos deben tener mejores remuneraciones”, señaló Miguel.

Agregó que “esto permitiría poder aumentar sólo a los maestros que cumplan con ciertos objetivos y no a otros, siendo factible lograr aumentos importantes para aquellos maestros que cumplieron o superaron los objetivos y no para todos”.

Fuente: El Litoral