LA NOCHE EN EL BOULEVARD – Ese fenómeno difícil de explicar

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Las noches de verano en el Boulevard América son un fenómeno que crece año tras año en el los veranos.

Son unos 200 metros de una vida en comunidad copada por los jóvenes de la ciudad a la que se le empezaron a sumar los de la región.

Desde las 23 hs. los cordones de la vereda se copan de «plaga» que llegan con sus móviles, parlantes, bebidas (mates, gaseosas y alcohol) y el motivo es «sentarse a charlar al cordón de la vereda», como dice la vieja canción de «Los brillantes».

La música se siente de lejos. Los que tienen oportunidad de conseguir estacionamiento, abren el baúl y sacan a relucir sus equipos de audio. Tampoco faltan las motos y el medio de transporte en sobre ellas para ir a charlar de barra en barra. Sobre el birodado hacen 20, 40 o 70 metros, no importa si es por la vereda, contramano o por la mano regular. El enjambre de ciclomotores es impresionante.

Mayoritariamente impera el buen clima entre los jóvenes. La buena onda y eso hace que este fenómeno sea digno de destacar. Los chicos se quedan en El Trébol, encontraron su lugar y los de afuera vienen hasta aquí. Punto a favor!

Lo que preocupa, a decir verdad, es la falta de inspectores. No hay ninguno a esa hora. En la madrugada de este viernes, hasta había autos circulando en contramano, que llegaban por Boulevard y se metían a Río Negro hacia el oeste. La solución de los inspectores parece no llegar, y pasan los meses. Desgaste? No hay apoyo policial? Es prevención, sólo eso!

La movida sigue hasta pasadas las 4 de la mañana y muchas veces un poco más también.

El Municipio como estrategia manda a barrer la arteria central a primera hora. Allí se ven restos de todo, sigue faltando la educación de tirar los deshechos en el cesto. Es muy difícil.

Pero mayoritariamente es pura y sana diversión. Los grupos se intercambian anécdotas, las charlas son amenas y cuando sale el sol, tal cual vampiros, todos desaparecen como cuando se esfuma la niebla.

Cuando el primer trabajador sale de su casa a trabajar, el Boulevard América nada tiene que ver con lo que era un par de horas antes.

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