Con cupos y retenciones, el trigo y el maíz agotaron sus márgenes

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– a inminente siembra de trigo arranca con una de cal y otra de arena. La buena humedad en los lotes invita a la implantación, pero los condicionantes comerciales espantan cualquier buena intención. Si bien es un escenario que el productor conoce desde hace nueve campañas, cuando el Gobierno decidió intervenir en el mercado triguero, los números para el cultivo se precarizan cada vez más.

No obstante, la futura campaña mostraría una luz al final del túnel. La posibilidad de sembrar el trigo con la actual administración y cosecharlo con otro gobierno, comprometido con aliviar las actuales restricciones comerciales, genera expectativas entre los productores y proveedores de insumos.

Sucede que con las actuales condiciones, ni el trigo ni el maíz tienen margen para sobrevivir. La necesidad de rever la política comercial e impositiva que pesan sobre los cereales fue una de las conclusiones a las que se arribó durante la Jornada sobre Mercados Granarios, Trigo 2015/16, Economía 2015, Clima y Cultivos Invernales de Cobertura, organizada por la Bolsa de Cereales de Córdoba, en el Dinosaurio Mall de la ciudad de Córdoba. Su desarrollo contó con la coorganización de Agroverdad y de La Voz del Interior .

Sin márgenes

«Si bien aparece una buena perspectiva para la siembra, no podemos obviar lo que nos está pasando con el trigo de la cosecha pasada. ¿Cuántas toneladas tenemos aún en nuestro campos sin poder entregarlas por falta de cupos o venderlas, por falta de demanda o precios distantes del FAS teórico que nos deberían ofrecer?», se preguntó con preocupación Juan Martín 
Buteler, el titular de la Bolsa de Cereales de Córdoba. Para el productor, el impedimento para exportar el saldo triguero que aún permanece en los campos va a repercutir en la calidad del producto.

Para que el trigo 2015/16 sea rentable debe haber un cambio en sus condiciones actuales de comercialización. De lo contrario, ni el cultivo en campo propio se salvará de los números en rojo. El razonamiento pertenece a Gonzalo Augusto, analista económico del Departamento de Información Agroeconómica de la Bolsa de Cereales.

Es que el poder adquisitivo del trigo ha caído en el último año. «En 2014 se necesitaban 2,7 toneladas del grano para construir un metro cuadrado en la ciudad de Córdoba; hoy se necesitan 6,3 toneladas: el aumento es más del 130 por ciento», comparó el economista. Lo mismo ocurre con el maíz, cuya necesidad de mayor producción creció de cuatro a 6,7 toneladas.

El escenario actual para el trigo está marcado por la falta de previsibilidad comercial, costos más elevados, menor rentabilidad y productores desfinanciados.

Diferencias

¿Qué po dría pasar con los márgenes del cultivo si hay cambios en algunas de las variables que interfieren en sus márgenes? Para contestar esta pregunta, Augusto se planteó diferentes escenarios en esta campaña donde se va a sembrar con un gobierno y a cosechar con otro. La incógnita por dilucidar es saber cuál será el alcance de los cambios.

En un escenario pesimista en el que nada cambie, y con un planteo productivo promedio para la provincia, el precio a cosecha sería de 145 dólares la tonelada; en un modelo intermedio, con retenciones pero sin cupos de exportación, la cotización mejoraría hasta 187 quintales, y en el mejor de los casos –sin retenciones ni cupos– el precio lleno llegaría a 234 dólares.

A partir de estos valores, y con las condiciones actuales de intervención oficial, los márgenes trigueros son negativos, tanto en campo propio como en arrendado.

«El rinde de indiferencia es de 27 quintales para el campo propio, un número bastante elevado para el promedio en Córdoba. Y con un esquema de alquiler llega a 38 quintales, un valor casi imposible de obtener en la provincia salvo en contadas zonas», observó el economista.

Si el futuro gobierno mantiene las retenciones pero libera las exportaciones, el margen bruto en campo propio se convierte en positivo. No obstante, el margen neto (teniendo en cuenta los gastos de estructura) sigue en rojo, al igual que el margen bruto en campo arrendado. «En campo propio, el rinde de indiferencia es de 21 quintales, más factible de lograr», consideró Augusto.

El escenario más favorable para el trigo –el ideal– es aquel donde no hay retenciones ni restricciones comerciales. Allí, todos los márgenes son positivos y los rindes de indiferencia bajan a 17 quintales por hectárea en campo propio y a 24 quintales en lotes arrendados.

«En una situación sin restricciones, el trigo es un cultivo económicamente viable», concluyó el economista de la entidad bursátil.

Al igual que el trigo, el maíz también pide a gritos cambios en su política comercial e impositiva. «Hay permisos de exportación por ocho millones de toneladas y hay un salto total de 14 millones. Liberar el resto ayudaría a que mejore el precio del maíz», sostuvo Sol Arcidiácono, analista de mercado de la empresa de corretaje de granos Intagro.

¿Mejora 2015/16?

Soltar al maíz del lastre que significan las retenciones sería una excelente señal para la próxima campaña. El valor doméstico para la posición abril 2016 en el Mercado a Término de Rosario pasaría de 125 a casi 150 dólares por tonelada.

A diferencia de la soja, que espera por una mayor siembra en Estados Unidos, el maíz exhibirá en la actual siembra estadounidense su tercera baja consecutiva. Todas en favor de la oleaginosa. De la evolución que muestre el cultivo dependerá el movimiento del mercado. Según Arcidiácono, el clima puede hacer que varíe 30 por ciento el rendimiento y con ello generar cambios en las cotizaciones.

El maíz doméstico de la actual campaña podría tener algunas chances de mejora. Para ello, el Gobierno debería liberar rápidamente los seis millones de toneladas que aún quedan como saldo exportable. «Estamos por ingresar en el pico de embarques. Hay que enviar al exterior la mayor cantidad de maíz hasta agosto, ya que después ingresa al mercado del maíz brasileño que hoy es más competitivo que el argentino», observó la analista. La devaluación del real mejoró las condiciones económicas del productor brasileño. Para el analista de Nóvitas, Diego de la Puente, la inflación de un dígito en Brasil hace que el efecto de la actualización del tipo de cambio sea mayor.

234 pesos por tonelada. Lo que podría valer el trigo nuevo en un escenario sin retenciones ni cupos de exportación.

125 dólares por tonelada. Es el valor del maíz para abril de 2016 (Matba). Sin retenciones, se elevaría a 150 dólares.

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