Puertos y plantas de molienda deberán analizar la calidad de la soja

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– El gobierno dispuso la obligación de hacer los estudios de cada carga que llega a puertos y plantas. Hoy casi no se analiza la soja y con suerte se estudia la mitad de trigo y maíz producido.

La decisión del gobierno nacional de obligar a que a partir de ahora se deba analizar la calidad de todos los lotes de granos que llegan a puertos y plantas de molienda tiene importantes implicancias logísticas y económicas para la agroindustria. Y, entre los puntos que restan aclarar, sobresale una duda central: ¿quién pagará la factura por esos servicios que sólo para la soja que se produce a unos 350 kilómetros a la redonda de Rosario oscilará los $200 millones?, se preguntó Punto Biz.

En la actualidad se envían muestras para analizar la mitad de la cosecha de trigo y maíz (sobre sus resultados hay bonificaciones y descuentos) y es muy bajo el análisis en soja. Ahora, se deberá sumar el gran tanque de la producción argentina, y también sorgo, girasol y cebada. ¿Hay infraestructura para hacerle frente a semejante avalancha?

Según proyecciones que ayer se manejaban en la Bolsa de Comercio de Rosario, sus laboratorios (los más importantes del país) analizaron el año pasado, que no fue de los mejores, unas 400 mil muestras. Incorporar sólo la soja producida en unos 300 kilómetros a la redonda significaría analizar 800 mil muestras más al año.

Ayer había preocupación en plantas y puertos en cómo armar toda la logística de envío de las pruebas a los laboratorios. También en los laboratorios de las de las Bolsas cerealeras de todo el país se preguntaban como van a recepcionar de un día para otro la avalancha de muestras. Las Cámaras Arbitrales, que reúnen a todos los sectores, fueron caja de resonancia de todas esas preocupaciones y por eso evalúan pedir una postergación de entre 30 y 60 días para la obligatoriedad.

Hay dudas que ameritarán aclaraciones. Por ejemplo, en la resolución se habla del análisis más convencional que es el «estandar de calidad». Pero en soja hacer ese tipo de análisis es ver cuántos grados quebrados y granos verdes llegan, algo de menor importancia ya que la mayoría va a molienda, cuando lo que se necesitaría es un análisis de niveles de proteína y grasa, pero no lo pide la resolución.

Precisamente, un análisis comercial de soja en laboratorio de la Bolsa de Rosario cuesta hoy $230. Si analiza que se pueden sumar sólo en lo que respecta a la soja de la región entre 800 mil y 1 M de muestras, el costo oscilaría en $200 M. ¿Quién va a pagar esa cifra? En la actualidad el costo se reparte 50 y 50 entre comprador y vendedor. No habiendo especificado nada la norma, ¿se mantendrá ese reparto, o el comprador se lo descontará sobre el precio?.

Lo cierto es que a lo positivo de saber a ciencia cierta la calidad de la cosecha (a futuro el sojero podrá pedir bonificaciones por calidad), esta medida de gobierno también activará inversiones en ampliación de laboratorios. Por ejemplo, la Bolsa de Rosario deberá sumar personal (son tareas mano de obras intensiva), algo de equipo, pero sobre todo espacio físico para trabajar, y para lo que en principio usarían un predio en zona sub-urbana que ya tienen. Pero el temor que tienen todas las Bolsas es encarar inversiones y contrataciones de personal (Urgaray muy sindicalizado) sin garantías de que la medida se mantenga en el tiempo, sobre todo porque los altos costos generan incertidumbre sobre la viabilidad. Así que por lo pronto todos los actores irán buscando cómo acomodarse, y a medida que se asiente el proceso activarán inversiones.

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