Fue producto de un paro cardiorespiratorio no traumático

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Muere Néstor Kirchner – Aparte de Argentina, siete países sudamericanos declararon duelo oficial por la muerte de Kirchner: Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Un día como hoy de 2010, falleció mientras se realizaba el censo nacional, el ex presidente de Argentina, Néstor Kirchner.

Durante 2010 su salud se debilitó seriamente. En febrero de 2010 fue operado de la carótida. El 11 de septiembre de 2010 tuvo que ser sometido a una angioplastia y se le colocó un stent. Se le había recomendado cambiar su estilo de vida debido al estrés.

Según el parte médico oficial, el exmandatario murió como consecuencia de un paro cardiorespiratorio no traumático, el 27 de octubre de 2010 a las 9:15,110 en su residencia de Los Sauces, donde se encontraba junto a su esposa, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El deceso se produjo al iniciarse el megaoperativo del censo poblacional del 2010, día declarado feriado nacional, lo cual causó mayor impacto en la población argentina. Néstor Kirchner pudo recibir el sacramento de la unción de los enfermos antes de morir.

Aparte de Argentina, siete países sudamericanos declararon duelo oficial por la muerte de Kirchner: Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, anunciando la presencia de varios presidentes de países miembros de UNASUR en los funerales de Estado.

A su vez, se produjo una declaración conjunta de los 12 países de la UNASUR desde la presidencia pro témpore en Quito, en donde se le calificó como un «líder clave» en la integración regional y se decretó por primera vez duelo regional por tres días. Diversos gobernantes y líderes mundiales enviaron mensajes de condolencias a la presidenta Cristina Fernández y al pueblo argentino.

Néstor Kirchner había asumido la Presidencia de la Nación en uno de los peores momentos de la historia y avalado apenas por el 22 por ciento de los votantes.

Tenía por delante el desafío de sacar al país de la depresión económica, el vacío político y la anomia moral, una difícil renegociación de una deuda externa de aproximadamente 180 mil millones de dólares y restaurar las relaciones con la comunidad internacional.

Rechazando de plano la identificación entre gobernabilidad e impunidad, el primer mandatario aseguró que había concluido en Argentina un modo de hacer política y de gestionar y propuso recordar «los sueños de nuestros patriotas fundadores y de nuestros abuelos inmigrantes y pioneros. De nuestra generación, que puso todo y dejó todo, pensando en un país de iguales».

Celoso guardián fiscal, al final de su mandato, dejó en las arcas del Banco Central 59 mil millones de dólares de reserva monetaria y un país en marcha, que, en sus palabras, empezaba a salir del infierno.

Aquel enérgico militante de la Juventud Peronista de los `70 jamás olvidó sus convicciones y supo mantener hasta el final de sus días los mismos ideales y la intensidad de su compromiso político y social que caracterizaron tanto su militancia juvenil como su gestión como intendente, gobernador, presidente de la Nación y secretario general de la Unasur.

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