En el entorno del papa Francisco ya se están organizando detalles de la reunión histórica, convocada por el pontífice en su viaje a Tierra Santa, que contará con los presidentes israelí y palestino.

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El encuentro en el Vaticano por la paz en Oriente Medio podría ser el 8 de junio – Los preparativos concentraron esta mañana la atención de los vaticanistas en la sala de prensa vaticana. Algún monseñor recordó que Francisco quiere mantener estrictamente el carácter religioso de la iniciativa. El domingo 8 de junio, fiesta de Pentecostes, es la hipótesis mas probable para celebrar en el Vaticano la histórica oración común por la paz del Papa argentino con los presidentes de Israel, Shimon Peres, y de Palestina, Mahmud Abbas.

El padre Pierbattista Pizzaballa, custodio franciscano de Tierra Santa, declaró hoy a la agencia católica SIR que por voluntad de Francisco está organizando los aspectos prácticos del encuentro, anunciado en Jerusalén por el pontífice el domingo pasado.

Los preparativos concentraron esta mañana la atención de los vaticanistas en la sala de prensa vaticana. Algún monseñor recordó que Francisco quiere mantener estrictamente el carácter religioso de la iniciativa.

La oración común por la paz tendrá de todas maneras enormes repercusiones benéficas en la región medioriental, donde el proceso para negociar el nacimiento de dos Estados que se reconozcan recíprocamente en condiciones de mutua seguridad se encuentra prácticamente estancado desde hace mucho tiempo.

La creación de los dos Estados, uno israelí y el otro palestino, fue decidido por las Naciones Unidas en el lejano 1947 y nunca se concretó. Lo que si se concretaron fueron varias guerras y la ocupación de territorios palestinos por parte de Israel hasta hoy, con el reconocimiento de una Autoridad Nacional con poderes limitados.

La oración común del Papa con Peres y Abbas tiene también un significado especial, pues a fin de mes vence el mandato del presidente de Israel.

El encuentro, lo aclaró varias veces la Santa Sede, no servirá para intentar mediaciones o para fijar un «road map», un camino hacia las negociaciones de paz.

Francisco dijo el domingo en Belén, «en este lugar donde nació el príncipe de la paz», que invitaba a los presidentes de Palestina e Israel a «elevar junto conmigo una intensa oración invocando de Dios el don de la paz».

«Ofrezco mi casa en el Vaticano para hospedar el encuentro». «Todos deseamos la paz, especialmente los que están al servicio de sus propios pueblos. Tenemos el deber de hacernos instrumentos y constructores de la paz, antes que nada en la oración».

Jorge Bergoglio afirmó que «la oración es importante: rezar juntos sin hacer discusiones de otro tipo, esto ayuda».

El Papa argentino quería organizar la plegaria común en Tierra Santa, pero problemas que calificó de ‘logísticos’ lo impidieron.

Francisco definió ayer a Abu Mazen (Abbas) y a Peres como «hombres de paz y artífices de paz» y pidió a los fieles «no dejarnos solos, orando intensamente».

Construir la paz «es difícil pero vivir sin paz es un tormento», afirmó el Papa argentino. La iniciativa anunciada por Francisco ha sido muy bien recibida a nivel popular, de la mayoría de los gobiernos y de los grandes medios de comunicación de todo el mundo, porque introduce una cuña extraordinaria en favor del proceso de pacificación entre israelíes y palestinos, en un momento tan difícil de estancamiento del proceso de negociaciones. Las iniciativas de Naciones Unidas y de Estados Unidos no han logrado destrabar las posiciones más intransigentes.

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