Alud fatal: 14 muertos

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Deslizamiento mortal en EE.UU. – El fenómeno arrastró y sepultó una pequeña localidad en las montañas cerca de Seattle. Hay 176 desaparecidos. La angustia y la incertidumbre crecen en el cuarto día de búsqueda tras el deslizamiento de tierras ocurrido el sábado en una población rural cercana a Seattle (Estado de Washington), donde la catástrofe dejó un saldo de 14 muertos y 176 desaparecidos, según cifras oficiales.

El deslizamiento de tierra afectó una ex localidad de pescadores en el condado de Snohomish, en una zona montañosa a 90 kilómetros de Seattle. Pero el número de víctimas podría ser aún más alto.

La inestabilidad del terreno inundado de lodo y la amenaza de nuevas lluvias complican las labores de rescate y el recuento provisional de víctimas, lo que llevó el lunes a que en menos de 24 horas la cifra oficial de muertos pasara de 8 a 14 y la de desaparecidos de 18 a 108 y, poco después, a 176.

Con todo, la búsqueda de los desaparecidos proseguía hoy, aunque las esperanzas de encontrar aún alguien con vida son cada vez menores.

En la mañana del sábado, una avalancha de tierra y lodo sepultó en pocos segundos 49 viviendas del pequeño pueblo de Oso, donde viven unas 200 personas.

Las autoridades consideran las lluvias torrenciales y la historia geológica de la zona como causas principales del suceso, que habría tenido consecuencias menos graves, según los expertos consultados por los medios estadounidenses, si se hubiera prevenido a la población y si las viviendas de la zona estuvieran hechas de materiales de mejor calidad.

En la zona del suceso las casas están distribuidas de manera dispersa en medio de la naturaleza, en muchos casos se trata de hogares prefabricados o incluso caravanas, y los vecinos tienen ingresos bajos o medios.

Sólo la mitad de las casas destrozadas estaban habitadas de manera permanente, puesto que la población de Oso es variable, uno de los factores que alimenta las esperanzas de las autoridades en que la cifra de reportados como desaparecidos incluya a personas que no estaban en la zona en el momento del suceso.

Precisamente por ello, el responsable del departamento que gestiona las emergencias del condado, John Pennington, insistió el lunes en que el hecho de que se calculen 176 desaparecidos no quiere decir que hayan muerto. Además, aún se mantiene la esperanza de encontrar supervivientes.

El desprendimiento de lodo que aplastó las viviendas de esta pequeña zona rural no pudo llegar en peor momento, ya que se produjo el sábado por la mañana, cuando la mayoría de los residentes estaban en sus hogares y no en el trabajo o en las escuelas, como habría ocurrido en un día laborable.

Fuente: Clarin.com

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