La salud de la presidente

Lo más leido

Una readaptación lenta y la necesidad de más estudios – La demora en el regreso busca evitar una recaída, pero para los expertos la evaluación es incompleta. El último monitoreo cardíaco que se le realizó a la Presidenta reveló «la ausencia de arritmia significativa y un buen estado cardiovascular», según informó ayer la Fundación Favaloro tras concederle el alta cardiológica.

Aun así, la paciente podrá retomar sus actividades normales recién el próximo lunes. Esta semana, según coincidieron especialistas consultados, será de adaptación. Es una indicación médica habitual después de un período prolongado de reposo para evitar una recaída. En este caso, es que no se repita lo que provocó el hematoma en el cráneo, aunque aún quedan estudios pendientes para conocer la causa de las caídas presidenciales.

El informe difundido ayer a la tarde corrige el diagnóstico inicial de la arritmia que, según informó anteayer Página/12, acompaña a la Presidenta desde hace tiempo. El monitor Holter de 48 horas habría permitido conocer que se trata de un bloqueo intermitente de rama izquierda, una de las dos encargadas de conducir los impulsos eléctricos en el corazón para estimular el músculo cardíaco. Esos impulsos hacen que el corazón se contraiga y bombee sangre al cuerpo.

Según había trascendido, el electrocardiograma previo a la cirugía mostraba un bloqueo completo de rama izquierda con bloqueo auriculoventricular de primer grado. Este segundo bloqueo es un trastorno en la conducción eléctrica entre las aurículas y los ventrículos cardíacos. Se dice que es de primer grado cuando esos impulsos pasan más lentamente a los ventrículos, pero sin que se interrumpa su transmisión.

«Que el bloqueo sea intermitente, es decir que va y viene, es más benigno que si es permanente», aclaró uno de los especialistas en arritmias consultados.

El parte médico aclara que la arritmia «no interfiere con una normal frecuencia y función cardíacas» y agrega que aún quedan estudios pendientes que se harán el próximo 9 de diciembre. Además de la neuroimagen de control «para evaluar el traslado aéreo», como explica el parte, se le realizará a la Presidenta la prueba de esfuerzo (ergometría) que no se pudo completar cuando se le detectó el hematoma subdural. Al mencionar que sentía fuertes dolores de cabeza, se suspendió la prueba para hacerle la tomografía, que llevó a los médicos de la Fundación Favaloro a recomendar de inmediato el drenaje quirúrgico.

La evaluación pendiente incluye también una prueba de movimiento (Tilt test) para confirmar si las caídas bruscas que sufre la Presidenta se deben a la hipotensión. Si el test es positivo, se confirmará la sospecha de los médicos presidenciales. Si el resultado es negativo, habrá que realizar otras evaluaciones.

Pero todos estos estudios son métodos diagnósticos complementarios, con menor valor pronóstico que el estudio electrofisiológico que se recomendó en la Fundación Favaloro. El equipo médico presidencial optó, en cambio, por estudios no invasivos. La evaluación electrofisiológica permite llegar con un catéter por vía femoral hasta el sistema de conducción eléctrica del corazón para «verlo» en funcionamiento, junto con un test de estimulación y otro farmacológico. Si el resultado fuera normal, se podría descartar la colocación de un marcapasos.

«La evaluación no está completa -aseguró un reconocido especialista en arritmias con experiencia en el manejo de estos casos-. No se puede aventurar un diagnóstico definitivo, sino meramente presuntivo. Faltan elementos para llegar a una conclusión. Dicen que seguirán evaluando para prevenir próximas lipotimias con las mismas consecuencias.»

Fuente: Lanacion.com.ar

Más artículos

 

Últimos artículos