Sorpresa en Venezuela

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Ajustado triunfo de Maduro: Capriles no reconoce la derrota – El presidente encargado se impuso por una diferencia de sólo 1,59%. Pero el candidato único de la oposición dijo que no admite esos resultados y que exige una revisión detallada de todo el proceso. Luego de 14 años de liderazgo ultrapersonalista del fallecido Hugo Chávez cuya gestión dividió al país, Venezuela abrió ayer una nueva era al consagrar en los votos como su sucesor al actual presidente en ejercicio, el ex sindicalista Nicolás Maduro.

En la elección presidencial más cerrada en la historia reciente del país, el delfín del mandatario muerto el 5 de marzo por un cáncer ganó por una uña la elección por la jefatura de Estado y obtenía, con el 99 por ciento de los votos contados, e l 50,66 por ciento de los sufragios, contra el 49,07 por ciento logrado por su principal competidor, el opositor Henrique Capriles. Pero tras escuchar a Maduro celebrar su victoria en el Palacio de Miraflores, el aspirante de la oposición dijo que no reconocía los resultados y que exigirá de la Comisión Nacional Electoral una revisión detallada de todo el proceso, en el que hubo, dijo, más de 3.000 irregularidades.

» Quiero que se cuente voto a voto. Yo exijo respeto por el pueblo que votó por nosotros. Es el país en dos mitades. si quieren atropellar, que no se equivoquen. Quiero que la verdad se conozca», dijo Capriles, rodeado de todo el comando de su campaña. «Nosotros tenemos, de acuerdo a nuestros conteos, un resultado distinto al resultado que se ha expresado’’, dijo Capriles. Y fue más allá: «Así que señor Maduro, si antes era ilegítimo, hoy está más cargado de ilegitimidad. Y si lo digo con toda la responsabilidad del caso. Esta lucha no ha terminado», agregó, con tono duro y firme.

Los datos fueron suministrados por la justicia electoral al filo de la medianoche, cuando en Caracas y en otras importantes ciudades del país comenzaban a sonar los cacerolazos de impacientes ciudadanos preocupados por la incertidumbre reinante. Es que, como se supo poco después, los representantes del chavismo y la oposición de Capriles pelearon y discutieron voto a voto ante lo cerrado de la elección y lo que estaba en juego.

Capriles rechazó la idea de hacer un pacto con Maduro para aceptar los resultados. «Yo no pacto, ni mucho menos con la ilegitimidad», recalcó.

De acuerdo con los datos oficiales, hubo una asistencia electoral del 78,7 por ciento, un poco inferior al último comicio de octubre, ganado por el desaparecido Chávez, cuando venció por once puntos a Capriles, quien sufrió su segunda derrota en seis meses.

En esa ocasión, Chávez había logrado su tercera reelección con el 55,7% de los votos contra 44,3% de Capriles. Pero, poco después, cedió de manera sorpresiva el poder en manos de Maduro, designándolo su sucesor, para partir enseguida a una intervención en Cuba por un cáncer que le arrebató finalmente la vida y alteró de cuajo la vida política de este país sumamente polarizado.

Anoche, en su primera declaración tras conocerse su victoria, el triunfante Maduro atribuyó a la oposición haber aplicado «una guerra psicológica» y dijo que en días siguientes mostraría pruebas de sus dichos. Mostrando la Constitución, dijo que ese texto era «inspiración del gigante de esta patria, Hugo Chávez, que sigue invicto «.

» Yo le solicito oficialmente al Consejo Nacional Electoral la realización de una auditoría para que no quede duda de los resultados electorales «, había dicho Maduro ante una multitud de simpatizantes que acudieron al palacio presidencial de Miraflores para celebrar su triunfo.

Con todo, el estrechísimo margen que le dio la victoria a Maduro le augura grandes turbulencias en el interior del chavismo, donde sectores oponentes le disputarán seguramente su posición.

Otro caso es el de Capriles, que logró una notable performance al perder por apenas un punto (unos 300 mil sufragios) y consolidarse como la gran figura de la oposición venezolana.

Maduro buscó el voto respaldado en dos poderosas armas: el hecho de que Chávez pidió antes de morir el voto para su heredero político y la disposición de una fuerte capacidad de movilización electoral.

La elección de anoche puso fin a una atípica campaña marcada por el luto de los chavistas y el culto al mandatario fallecido, convertido en una figura casi religiosa.

El próximo presidente guiará el destino del país para los próximos seis años, en medio de dificultades económicas y un clima de aguda polarización social.

Los desafíos del país son enormes. Muchas empresas venezolanas operan a media capacidad por los estrictos controles del tipo de cambio que les complica pagar por bienes y materiales importados. Algunos líderes empresariales han dicho que algunas empresas estarían al borde de la quiebra, porque son incapaces de abrir líneas de crédito con proveedores internacionales.

Fuente: Clarin.com

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