La novedad en 1935

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Se vende por primera vez una cerveza en lata –  Fue un 24 de enero 1935: EEUU. Historia de la Lata de Bebidas

El desarrollo de la lata de bebidas en el mundo ha pasado por innumerables etapas durante el siglo XX, acompañando al desarrollo social y económico que caracteriza a este período. Aunque algunos estudiosos consideran el siglo XIX como el arranque del envasado de bebidas en lata, asociándolo al uso de las latas de conserva, nos remontaremos directamente a los comienzos del siglo XX. Sin embargo ha sido a partir de la segunda mitad cuando podemos hablar de verdadera explosión en los avances de este revolucionario envase.

Los primeros intentos de envasar cerveza en lata, de los que hay constancia, datan de 1909 pero también se reseñan las dudas iniciales de que un envase metálico fuera adecuado para la cerveza lo que retrasó su adopción inicial. Los principales obstáculos se debían a la reacción química entre el metal y el contenido y a las dificultades del cierre para soportar la presión interior. Algunas de las principales marcas como Busch y Pabst trabajaron este concepto antes de 1930.
Pero la primera lata de cerveza comercial apareció en enero de 1935, de la mano de Krueger, una pequeña cervecería de Newark. La llamó «Finest Beer». Al final del mismo año la cervecera Felinfoel Brewery Co de Gales, lanzaba «Pale Ale» en lata.
Desde el principio hubo un gran interés en el desarrollo de la lata por las ventajas implícitas: un envase más ligero y transportable, no frágil y con gran superficie decorable, lo que permitía jugar con el diseño de la marca y diferenciarse de los competidores de manera totalmente novedosa para un envase de bebida.
Krueger dio un paso adelante de la mano de American Can, que decidió invertir en la primera línea de fabricación y llenado de latas, de forma gratuita, hasta comprobar el éxito de la operación. Comenzaron las pruebas a finales de 1933, y las primeras latas salieron al mercado el 24 de enero de 1935.
En seis meses las ventas de Krueger se multiplicaron por cinco, 37 fábricas producían cerveza en lata a finales de 1935, y en un año se vendieron 200 millones de latas, con el crecimiento posterior que todos conocemos.
Aunque las primeras latas de Krueger eran de tapa plana, muchas de las primeras latas parecían botellas metálicas, ya que tenían cuello y cierre de tapón corona, pero en seguida se percibieron las ventajas del cierre plano, a pesar de que las primeras latas de este tipo se abrían con un abrelatas especial en forma de pico que perforaba dos agujeros más o menos triangulares.
Pronto se adoptó el fondo abovedado para mejorar la resistencia a la presión interna, y en esos primeros años se experimentó con varias formas hasta ir centrando el diseño.
En el Reino Unido se produjo un desarrollo parecido aunque algo más tarde; en este caso fue Metal Box quien comenzó a fabricar latas para la cervecera galesa Felinfoel, cuya primera marca en lata «Pale Ale» salió al mercado en diciembre de 1935. Un año después, cerca de cuarenta marcas llenaban latas en el Reino Unido, y poco tiempo después ya se llenaban latas en los mercados tradicionales cerveceros
de Alemania, Bélgica y Países Bajos.
En 1939 se lanzó una lata de dos piezas llamada crowntainer» que supuso el antecedente de las latas actuales y que con distintas mejoras siguió en uso hasta mediados de los años 50.
La segunda guerra mundial detuvo el empuje de la lata de cerveza. La producción para los mercados interiores cesó y solamente se fabricaron latas para suministros militares. La vuelta a la normalidad se inició rápidamente al término de la contienda, con otro suceso de gran importancia: la llegada de los refrescos en lata.
Continental Can Company ya había experimentado en el mercado de los refrescos en 1938, envasando ginger ale de la marca Clicquot Club en latas similares a las de cerveza.

Problemas de fugas y de alteraciones del sabor a causa del barniz de revestimiento dieron al traste con este primer intento.
Hubieron de pasar 10 años desde estos primeros intentos hasta que Pepsi-Cola y otras compañías más pequeñas se volvieron a interesar por Historia de la Lata de Bebidas
la posibilidad de envasar sus productos en lata, una vez que Continental Can resolvió los problemas que habían frenado los desarrollos iniciales. A pesar de ello en 1950 Pepsi retiró sus latas porque no veía un crecimiento del mercado como el que esperaba.
En 1953, gracias a las mejoras introducidas en la fase de fabricación, aparecen de nuevo en el mercado estadounidense refrescos de cola en lata. El objetivo es el consumo en actividades de ocio al aire libre. Esta vez la apuesta es en firme y en apenas dos años las latas de refrescos empiezan a extenderse en el mercado, aunque las grandes
compañías se resisten al cambio. Coca-Cola, que en 1955 ya había enviado latas para las tropas norteamericanas en Japón y el área del Pacífico, seguía haciendo pruebas en mercados pequeños (ferrocarriles, compañías aéreas) pero temía la reacción del gran consumidor ante el nuevo envase. Forzada por la competencia de Royal Crown Cola, que se había convertido en el mayor envasador de refrescos en lata, la compañía de Atlanta lanzó al mercado sus primeras latas en septiembre de 1959.
La lata de bebidas es, desde sus inicios, un elemento en constante evolución. Salvo los cambios más importantes, que también iremos reseñando, las innovaciones muchas veces han sido imperceptibles para el consumidor, pero poco a poco han ido convirtiendo la lata de bebidas en un envase cada vez más habitual, ligero y cómodo de uso, además de ir mejorando su comportamiento medioambiental hasta llegar a ser con gran diferencia, el envase de bebidas más reciclado, en el mundo y en España en particular.
Al final de la década de los 50 desaparecen definitivamente las latas con cuello cónico y cierre de tapón corona o de rosca, y a principios de los 60 se produjo la implantación de las tapas de aluminio de fácil apertura, cuya autoría se atribuye a Ernie Fraze, un ingeniero de Dayton Reliable Tool
Company, en colaboración con Alcoa.

Supone la desaparición definitiva de la tapa plana que se abría con abrelatas, y finalmente la consagración de este tipo de envase. En esas fechas comienza a emplearse el aluminio también en la fabricación de latas, y se produce otro desarrollo fundamental: el paso de la lata de tres piezas a la de dos piezas. El cuerpo de la lata ya no se obtiene soldando una lámina en forma de cilindro y añadiendo la base y la tapa, sino mediante un procedimiento mucho más rápido y controlado: la llamada extrusión por impacto. Entre otras ventajas, supuso un gran ahorro de material. Este sistema, introducido en 1964, se sigue empleando en la actualidad para fabricar envases como tubos de dentífrico o aerosoles, pero se dejó de usar poco después para las latas
de bebidas. Estados Unidos lo sustituyó en 1966 ó 67 por un sistema de troquelado, embutición y estirado – DWI (Draw & Wall Ironed) – sistema que llegó a Europa en 1970, y que a partir de 1980 se ha convertido en el único método de producción.
Desde ese momento la evolución y la mejora de los materiales y los procesos de fabricación ha sido continua, y es uno de los más claros ejemplos de colaboración entre sectores industriales, fabricantes de materiales, fabricantes de latas y envasadores.

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