El director de los sueños de luz

Lo más leido

Hasta pronto – Delfor «Gogo» Bertaina – 6 de enero de 2012.

Por Francisco Díaz de Azevedo Te fuiste un domingo como siempre dijiste. Te fuiste casi en silencio y con paz en tu rostro.

Dejaste acá tus enseñanzas, tus genialidades y tus obras.

El teatro vivió y latió junto a tu corazón.

Las reliquias de tu ida son luces que no se apagarán.

Tu bastón, tu silbido, tus pasos largos y cansinos y tu sonrisa franca se mezclan con miles de recuerdos de asados de mediodía, de anécdotas y de palabras sueltas en el viento.

Tus palabras, certeras siempre, como dardos a veces, como suave pluma en otras ocasiones, retumban en mis oídos.

Se fue el gigante, el maestro, el Don Juan, el hombre, el niño, el padre, el abuelo, el amigo.

«Pasaste tan cerca de mi ventana, que despeinaste entera toda mi alma».

Cuando vuelva a recordarte, habrá un puñado de felices actores en las tablas del Cervantes. Habrá una obra por estrenar y un papel para hacer interpretar. Habrá un guión, un sillón y un final. Habrá un mate, un «amargo» y lápiz y papel.

Dejaste poemas, inéditos hasta que dejen de serlo. Dejaste arte y enseñanza.

Dejaste lo que dejaste, que fue mucho, que fue tanto, que fue siempre.

Dejaste una sala llena, un escenario intacto y una ovación.

Para cuando vuelvas a brillar, para cuando vuelvas a alumbrar.

Se cerraron los ojos del horizonte. Se abrieron los de la leyenda, los del mito, los del protagónico que nunca dejarás.

Luz, cámara y acción! Se fue el «Gogo». Llegó la brisa certera al corazón de tus hijos, tus nietos, tus amigos, tu esposa y tus seres de la ficción.

El escenario se quedará sólo esta noche, será sólo por esta noche.

Porque mañana serás inmortal. Porque pasaste el umbral del más allá con el pie derecho, abriste el camino, otros te seguirán.

Siempre fuiste el primero, hoy volvés a serlo. El autor de la novela más contada. El director de los sueños de luz.

Más artículos

 

Últimos artículos