En la peor tormenta económica desde la Segunda Guerra, los europeos ajustan el cinturón para las Fiestas.

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Europa vivió una Navidad con menos regalos y festejos austeros – En Grecia e Italia las ventas cayeron un 30% o más. La gente canceló viajes y come comida casera en casa. Regreso a las tradiciones. Menos regalos, menos viajes, cenas en casa en lugar de restaurantes. Las Navidades este año en la Europa de la crisis fueron austeras, con el cinturón apretado.

El desempleo, que afecta a más de 23 millones de europeos –5 millones sólo en España– y los planes de ajuste comiéndose una parte de los ingresos de millones de ciudadanos de clase media, hacen que casi todos los consultados, en mayor o menor grado, tuvieran en cuenta la crisis a la hora de usar la tarjeta de crédito.

En Bruselas viven el español Alfonso García-Miguel y su novia alemana Miriam Kretzschmar, empleada en una consultora, clase media que acostumbra a gastar en esta época. Alfonso dijo a Clarín que fue haciendo lo mismo que otros años «pero más barato», porque su salario se redujo.

El español Joaquín Bordonado –militar– y su esposa belga Valériane fueron padres hace algo menos de un año. Viven en Madrid. Joaquín dice que sí gastaron menos, por los recursos que consume el bebé, pero también porque su salario ya fue recortado y se preparan por «más recortes que vendrán». Sin embargo, ellos aclaran que por ahora se las rebuscan . «En mi familia siempre fuimos muy frugales: un regalo el día de Reyes. Y lo seguimos manteniendo».

En Italia, la Navidad de 2011 será recordada como la peor de los últimos diez años ya que el consumo en estos días se redujo en un 20 al 30% y un buen número de italianos canceló sus viajes de miniturismo, típicos para las Fiestas.

«Las ventas se han derrumbado, nunca como este año, pero en los rubros tradicionales de los regalos navideños se percibe una tremenda contracción», explicó a la agencia Ansa Carlos Rienzi, presidente de Codacons, el ente que se ocupa de los consumidores.

En medio del plan de ajuste del gobierno de Mario Monti, el segmento de ropa y calzado registró una caída de ventas del 30% en relación al año anterior para estas fechas, los productos para viviendas un 25% y los electrodomésticos, artículos de perfumerías y estéticas, una merma del 20%. Pero además, 9 de cada 10 italianos pasó la Navidad en su casa o en la de familiares y amigos, según datos del Coldiretti, un ente que se ocupa de temas alimentarios. Poco restaurantes y mucha comida casera. Analistas de esa entidad aseguran que «la crisis ha hecho resurgir tradicionales hábitos italianos, como cocinar platos típicos en casa para las fiestas».

«Se han modificado muchas cosas, volviendo a tradiciones. Ahora las familias están amasando las tradicionales pastas, o haciendo bollos de harina para pizza. La gastronomía tradicional está de regreso», explican.

En la vapuleada Grecia las Navidades fueron tristes. Según Ansa, la Asociación de Restaurantes Helenos calcula que en los seis últimos meses, los bares, tabernas y restaurantes perdieron un 40% de su negocio con respecto al año anterior.

No están los tiempos para gastos superfluos y no ayuda una subida del IVA del 13% al 23%.

Un reciente sondeo del Instituto Nielsen apunta que más de la mitad de los griegos gasta este mes menos que otros años. Se recorta en todo: indumentaria, aparatos electrónicos, libros y hasta en juguetes para los niños.

Otro sondeo asegura que el 90% de los griegos ha dejado de comprar ropa o zapatos y un 10% considera que sus ingresos ya no alcanzan ni para adquirir bienes de primera necesidad. Los comedores sociales que gestionan varias ONG y la Iglesia Ortodoxa alimentan a decenas de miles de personas.

Ese mismo sondeo explica que el 67% de los portugueses recortaron sus habituales gastos navideños .

España es un caso aparte. El nuevo presidente español, Mariano Rajoy, dijo la semana pasada que el ajuste sería de 16.500 millones de euros. Pero todos los informes apuntan a una cifra que podría ir hasta el doble de esa cantidad. En un país con más de 5 millones de desempleados, quien más y quien menos se tienta la ropa, pero no todos están dispuestos. Según un estudio de la Federación de Usuarios Consumidores Independientes, los españoles recortaron sus gastos un 17% respecto del año pasado . El gasto que más cayó es el del ocio (restaurantes, fiestas y viajes), con un descenso de un 41%.

En Gran Bretaña, con un índice de desempleo que llega casi al 9% y una inflación cercana al 5%, los gastos navideños se vieron afectados. Douglas McWilliams, director del Centro para el Estudio Económico y de Negocios, dijo a la agencia Ansa que los locales en el país vendieron menos y enfrentaron una «Navidades de austeridad».

Se vieron menos colas en las tradicionales avenidas londinenses como Oxford Street, Bond Street o Regent Street y también se observaron muchas tiendas con descuentos.

Pese al panorama, algunos transcurren las fiestas sin grandes sobresaltos, pero son los que han emigrado de su país.

Göetz Brandau, alemán que vive en Bélgica, está de vacaciones en casa de su novia en México y dijo a Clarín no haber recortado nada porque sus «ingresos son estables» y su «empleo seguro».

Igor Oya, un físico español que trabaja en la Universidad de Berlín, es uno de los miles de españoles de alta cualificación que han ido emigrando a Alemania en los últimos años. Dice sentirse «afortunado» y se alegra de que su «situación económica haya mejorado respecto al año anterior».

Más casos de europeos que están mejor fuera de su país: Enrico Frabetti –italiano– y Olga Rojo –española– viven en Bruselas. Enrico cuenta, irónico, que «para ayudar a la economía» se acaban de comprar un auto y una computadora.

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