En un sondeo del USA Today, analistas económicos sostienen que en los últimos meses se ha duplicado esa posibilidad.

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Crecen los temores a una nueva recesión en EE.UU. y Europa – Prestigiosos economistas dicen que los planes de ajuste que se analizan para salir de la crisis pueden agravar el problema. Tras la gran crisis de 2008 y cuando todavía nadie logró recuperarse totalmente de sus devastadores efectos, la probabilidad de que tanto EE.UU. como Europa caigan en una nueva recesión ha aumentado significativamente en los últimos tres meses. Es lo que en Washington llaman el «Double dip» (la doble caída).

Los problemas económicos y financieros de un lado y del otro del Atlántico son muy diferentes. Pero, según muchos economistas de peso, en ambos casos las recetas de ajuste y austeridad que están siendo evaluadas para impedir la doble caída pueden agravar el problema, más que solucionarlo.

«Es lo que ocurrió durante la Gran Depresión de los años ‘30. Se tomaron medidas de austeridad como las que piden actualmente los republicanos para reducir el déficit fiscal y luego vino el ‘Double Dip’. Se trata de un viejo dilema. Si se ajusta para reducir el déficit fiscal, hay menos fondos para reactivar la economía y viceversa, si se invierten muchos fondos en reactivar la economía aumenta el déficit fiscal y las deudas», dijo a Clarín un profesor de economía de la Universidad de Columbia que trabajó para el gobierno estadounidense y pidió anonimato.

«Que yo ahorre está muy bien, que usted ahorre está muy bien. Pero si todos ahorramos al mismo tiempo, eso no está bien. La austeridad se ha convertido en parte del problema y no en parte de la solución», dijo por su parte Ian Harnett, el director gerente de Absolute Strategy Research.

Las señales de alarma han comenzado a sonar tanto en el Nuevo como en el Viejo Continente. Nouriel Roubini, el gurú que predijo la crisis de 2008, cree ahora que existe un 50% de posibilidades de que el mundo desarrollado vuelva a caer en una recesión. «Karl Marx tenía razón. El capitalismo puede auto destruirse», dijo Roubini al Wall Street Journal .

Una encuesta realizada por el USA Today entre 39 economistas estadounidenses de peso, indica que existe un 30% de posibilidades de que EE.UU. padezca una nueva recesión, es decir dos veces más de lo que opinaban hace tres meses. De acuerdo a la encuesta, si EE.UU. logra evitar oficialmente una nueva recesión, su crecimiento económico será de sólo 2,5%, es decir menos de lo necesario para disminuir el desempleo .

En Europa la situación es aún más delicada. Grecia y Portugal ya están en recesión, mientras que el crecimiento económico en países como España, Italia y Gran Bretaña ha comenzado a disminuir desde el año pasado. Más aún, el crecimiento económico de Alemania, la locomotora europea, ha registrado en los últimos meses señales de desaceleración. A Francia, la segunda economía después de Alemania, las cosas no le van mucho mejor. El crecimiento económico francés se ha detenido casi por completo en los últimos tres meses. La producción industrial de toda la zona del euro disminuyó a un paupérrimo 0,3% en el segundo cuatrimestre.

«Los problemas en Europa y en EE.UU. son muy diferentes» explicó a Clarín el economista de Columbia. «La crisis europea se debe a que varios países europeos tienen problemas de déficit fiscal, mientras que en EE.UU. no sólo hay un déficit fiscal del gobierno sino que también los estadounidenses y las empresas están endeudadas. Es decir, hay que sumar la deuda privada», agregó.

En efecto, el gasto de los gobiernos de varios países europeos ha sido muchísimo más alto que sus ingresos y el nivel de la deuda ha aumentado tanto que es insostenible. La Unión Europea nació con un pecado original, si bien estableció una unión monetaria y el euro se transformó en la divisa de todos, sus países miembros no tiene una política fiscal coordinada.

En EE.UU. la clase media saca créditos para comprarse una heladera, un auto, y lo más importante, una casa. El problema es que actualmente el valor de la casa que compró es menor a la suma que le debe al banco. Esto significa que llevará tiempo antes de que vuelvan a gastar, lo que deja a la economía sin uno de sus motores principales: el consumo. Hay economistas, como el Profesor Peter Morici de la Universidad de Maryland, que son más optimistas. No creen en una segunda caída. «Pero el crecimiento será lento hasta que los líderes occidentales corrijan sus desequilibrios entre la demanda entre Asia y Occidente y salden sus deudas», dijo.

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