A partir de las 21.45 y en el Estadio único de La Plata, Argentina y Bolivia abren la Copa América.

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La Selección y su crack, a jugar – El particular público de la Selección pondrá los ojos en Lionel Messi. El particular público de la Selección pondrá los ojos en Lionel Messi. Conviene ponerlos en el equipo porque este kilómetro 0 de la Selección en la Copa América tiene destino final en el Mundial 2014, en Brasil. No hay nada que añadir a lo que es Messi. Ahora, como antes de Sudáfrica, se trata de rodearlo, de crearle un equipo que le permita hacer la diferencia. Parece tan fácil… Dura tarea la de Batista, quien sabe que no ganar la Copa ne le garantiza la continuidad.

En los papeles (que son papeles pero papeles que documentan realidades) Argentina tiene el camino allanado hasta las últimas instancias. Bolivia debería ser sólo una circunstancia, un futuro dato estadístico, porque no son equivalentes las individualidades y porque en lo colectivo, aún con reparos sobre la eficacia argentina, la Selección es superior. Imaginarse el partido es sencillo: Argentina al ataque hasta quebrar las dos líneas de cuatro bolivianas. Necesitará paciencia en la circulación y movimiento adelante para crear los espacios. Y respeto, sobre todo, porque aunque Bolivia es menos siempre es rival digno, que no pega ni busca artimañas. Y como no tiene nada que perder, puede hacer duro.

Argentina tiene un «parado» clásico que se hace flexible en las posiciones desde el medio. Es clásico con los cuatro del fondo, esta vez con gente en funciones naturales: Zanetti y no Otamendi por derecha y Rojo y no Heinze (que era mejor como central) por izquierda, como para ver la diferencia respecto al equipo mundialista. Ya no estará tan solo Mascherano, ahora con Cambiasso a su lado. La presencia de Banega impulsa el prejuicio: Batista juega con tres números 5. Pero Banega no será 5 sino que jugará adelante y más suelto, tratando de reeditar su sociedad con Messi, como en los últimos amistosos. No recibirán marcas personales, pero sí un escalonamiento ordenado.

Otra vez Tevez se ganó el lugar en las últimas prácticas, como antes del debut en Sudáfrica. Sale Di María, que bajó su rendimiento. Tema capital: la función de Tevez. Si desordena dentro del orden habrá otro socio para Banega-Messi. Si sólo desordena, habrá vértigo sin claridad.

Lavezzi es la otra apuesta de Batista. «Uno por afuera», sí. Pero sin un «9 de área». Ya se probó con Messi y Banega (recordar las combinaciones ante Albania, sí Albania). Por último, el banco, que también juega. Y ahí juega Batista: quién entra y quien sale y cuándo, puede ser decisivo. No tanto esta noche, sí más adelante cuando la Selección sea mayor de edad.

Fuente: Clarín.com

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