Dos detenidos por vender el arma asesina

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Masacre de Río – Se trata de un revolver calibre 32. La policía de Río de Janeiro detuvo a los dos hombres que vendieron un revólver calibre 32 a Wellington Menezes, el tirador que mató 12 niños en la escuela Tasso da Silveira de la zona Oeste carioca. Isaías de Souza y Charleston Souza de Lucena fueron presentados ayer en conferencia de prensa: ambos se mostraron «consternados» por la masacre del jueves. Souza, de 48 años, dijo una obviedad: «Si hubiera sabido que el tipo iba a asesinar escolares, jamás le habría entregado el arma». Charleston Lucena se defendió: «Era un pacato que me dijo que precisaba el arma para su seguridad».

La puesta en escena policial no sirvió para revelar de dónde salieron las municiones ni el revólver calibre 38, con el número de identificación borrado para dificultar el rastreo; una práctica común en el mundo del delito.

Los detenidos tienen una foja delictiva poco importante: sus antecedentes se limitan a casos leves como manejar sin registro o desacato. Pero por la venta del 32, la Justicia dictaminó la prisión preventiva de ambos hombres que serán condenados por el delito de comercio ilegal de arma de fuego y deberán purgar una pena de entre 4 y 8 años en la cárcel .

Izaías, que trabaja en la vigilancia nocturna, afirmó tener apenas «una parte» de la culpa. «Ahora estoy preso y espero que se haga Justicia», dijo. El cerrajero Lucena conoció al tirador Wellington Menezes cuando fue a cambiarle la cerradura de la casa: «Me dijo que precisaba un arma para sentirse más seguro». Cerraron el negocio por 260 reales (170 dólares), un valor que dejó una pequeña comisión de 19 dólares a cada uno.

Lo cierto es que la muerte del victimario de los 12 alumnos primarios dejó sin blanco donde desahogar la «furia». Vecinos de la casa donde vivía el tirador y que todavía habita la hermana, en las inmediaciones de la escuela, pintaron las paredes con amenazas.

Es un barrio donde el dolor sigue presente. Ayer por la tarde más de medio millar de personas dio un abrazo a la escuela. Hubo llantos y emoción entre los cariocas que se solidarizaron con los padres de las víctimas.

A partir de mañana, una tarea ríspida le aguarda a los sicólogos: tratar a los chicos que vivieron un proceso de violencia inaudita, para que puedan reintegrarse en el mundo escolar.

La cuestión de la seguridad queda circunscripta a las medidas que disponga el gobierno federal. El Ejecutivo, encabezado por Dilma Rousseff ya informó que en junio próximo lanzará –previo paso por el Congreso– una iniciativa que busca obstaculizar la venta de armas a civiles. Además habrá una campaña fuerte al estilo de la que impulsó el ex presidente Lula da Silva en 2003.

Pero como señaló una editorial de la revista Carta Capital , en su edición de ayer, este «fue un delito a la moda norteamericana y ahora le falta su propio Michael Moore para completar el ciclo». Se trata del director de «Bowling for Columbine», un documental sobre la predilección de sectores de la población estadounidense por las armas de fuego.

Clarin.com

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