Perdía 1-0 en el primer tiempo, pero lo dio vuelta en el complemento con goles de Ferreyra –p-, Iturbe y Tagliafico para el 3-2 final.

Lo más leido

Argentina se recuperó ante Chile y volvió a encender su ilusión – El Sub 20 de Perazzo, que venía de perder ante Ecuador, se enfrentará a Brasil, el domingo, por la tercera fecha del hexagonal final del Sudamericano de Perú. Parece ser solamente una cuestión de actitud la aventura argentina acá, en Arequipa. Sólo parece, al menos. Es que otra vez, como en todo este Sudamericano Sub 20, el juego del equipo de Walter Perazzo no apareció. Sin embargo, y como acostumbra, este seleccionado nacional sacó a relucir ayer ese característico temple que lo deja cerca del sueño mundialista, cerca de Colombia. Y que también lo deja con vida en la lucha por un lugar en los Juegos Olímpicos.

El partido de anoche, desde el principio, dejó en claro que sería cuesta arriba para Argentina. El reloj apenas marcaba siete minutos cuando, tras un centro de Bryan Carrasco y un resbalón de Germán Pezzella, Yashir Pinto -solo- cabeceó un balón que tenía destino de red si no fuera por las oportunas manos de Esteban Andrada. La jugada, tan simple como simbólica, marcó la tónica del encuentro.
Es que, como en todo el torneo, el equipo de Walter Perazzo volvió a sufrir -sobre todo en la primera etapa- de su carencia para generar peligro en el área adversaria. Y Chile, para colmo, hacía todo lo posible para que esa falencia quede más expuesta, al marcar pronto el primer gol tras una grave falla defensiva: Leonel Galeano salió lejos y quedó pagando, Carrasco tomó la pelota, se sacó con facilidad a Pezzella y la colocó junto al palo izquierdo de Andrada.

A partir de entonces, Argentina, además del pobre volumen de juego, empezó a quedarse sin ánimo, sin actitud, características que venían salvando al equipo para ocultar otros errores. Fue puro desconcierto. El pelotazo, un recurso del que se hizo abuso, dijo presente a cada momento. La desesperación se hizo moneda corriente y se reflejaba tanto en el campo como en el resultado.

En ese primer tiempo hubo una excepción entre tantos puntos negativos. Esa excepción tuvo nombre y apellido: Michael Hoyos. El hombre de Estudiantes intentó, por lo menos, poner la pelota contra el piso. Es cierto: su trabajo lo hizo de manera solitaria. Aunque su técnica, su claridad y su pegada preocuparon a un Chile que, estando bien parado atrás con una firme línea de 4, le alcanzaba para quedarse con los tres puntos.

Pero el fútbol es impensado. Y esa definición se encarga de certificarla muy a menudo. En la segunda parte, Argentina volvió a mostrar actitud. Continuó sin ideas. Aunque logró dar vuelta el marcador gracias a esa cualidad de pelear cada pelota como la última, gracias al ingreso de Juan Iturbe, quien le cambió la cara al ataque, y gracias, sobre todo, a Facundo Ferreyra, la figura de la noche. En el medio recibió la ayuda del árbitro, Víctor Hugo Carrillo, quien inventó un penal de Carrasco a Tagliafico (también le anuló mal un gol a Iturbe), que el propio Ferreyra transformó en el empate.

No dejan de repetirlo los jugadores y el cuerpo técnico: puede no aparecer el juego, pero la actitud no se negocia. Ese parece ser el dogma para que el sueño argentino siga con vida en Perú. ¿Bastará para superar el próximo domingo al Brasil de Neymar?

Clarin.com

Más artículos

 

Últimos artículos