En un partidazo de casi cinco horas de juego, superó a Hewitt, el crédito local, por 3-6, 6-4, 3-6, 7-6 y 9-7, por la primera ronda del primer Grand Slam del año.

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Nalbandian luchó a lo grande y tuvo premio en Australia – Su próximo rival será el lituano Berankis. Del Potro también ganó su primer cotejo. Un debut de esos que en la previa nadie sueña con tener. Después de un gran torneo en Auckland (Nueva Zelanda), en el que fue finalista, David Nalbandian llegaba al Abierto de Australia, el primer Grand Slam del año, con la dura misión de enfrentar al crédito local, Lleyton Hewitt. Y no fue nada fácil, aunque sí muy reconfortante. El argentino batalló casi cinco horas pero se llevó el partido por 3-6, 6-4, 3-6, 7-6 y 9-7 y avanzó a la segunda ronda, donde espera el lituano Berankis.

El primer set encontró a un Hewitt aguerrido, que pese a sólo aprovechar dos de las nueve chances de quiebre entregadas por Nalbandian, pudo llevarse el parcial por un claro 6-3. Sin embargo, el cordobés no se entregó fácilmente a la rudeza del australiano y consiguió rápidamente el quiebre. Fue en el tercer game, para ponerse 2-1, y no abandonar más esa ventaja sobre el tenista de Adelaida, que terminó perdiendo ese set por 6-4.

Parecía que las cosas se le empezaban a dar a Nalbandian. Luego de empatar el partido gracias a un muy buen segundo set, el unquillense arrancaba 2-0 arriba en el tercero, apoyado en un quiebre en el primer saque del australiano. Pero Hewitt no es fácil de superar y su entereza física y fundamentalmente psicológica le permitió dar vuelta un parcial adverso.

Nalbandian, fastidiado porque los golpes no le salían y su rival parecía imbatible con dos quiebres y dos confirmaciones desde el servicio dejando en cero al cordobés, hasta tiró una raqueta al piso, mostrando su bronca por un set que parecía escapársele. Un golpe exitoso de sobrepique ilusionó al de Unquillo pero un ace del australiano terminó de sepultar sus ilusiones: Hewitt se llevaba el tercero por 6-3 y se ponía dos sets a uno.

El final no iba a ser menos apasionante. Rápidamente, Hewitt quebró a Nalbandian y confirmó su supremacía en los últimos minutos, al ganarle ocho de los últimos nueve games, una marca muy dolorosa para David, que se desplomaba. Pero, otra vez, sacó fuerzas y siguió dando batalla.

A fuerza de dos quiebres y servicios seguros, Nalbandian llegó a estar 5-3 y con el saque en su poder para llevarse el cuarto set con más ventaja. Pero Hewitt reapareció y estiró la definición al tie break. Allí, el que jugó con majestuosidad fue el argentino, que sólo le dejó sumar un punto a su rival para llevarse el tie break por 7-1 y mandar la definición del partido al quinto set.

Y en ese quinto set ninguno aflojó y jugaron al máximo desde el primer servicio, el de Hewitt. Estaba en juego el pase a la segunda ronda, lugar en el que ambos deberían estar pero que el destino del azar (y el sorteo) no quiso, porque los hizo cruzar antes, en el debut de ambos en este Australian Open.

El cansancio y los calambres en las piernas, también, se empezaron a sentir cuando ambos ya estaban en las más de tres horas de partido. Pero las ganas de ganar eran más fuertes y la batalla ya era épica para todos los presidentes en el Rod Laver Arena.

Nalbandian consiguió el quiebre para ponerse 2-1 y llegar a estar 5-3, con dos chances claras de llegar al triunfo. Sin embargo, el cansancio del cordobés y la increíble energía del australiano provocaron que el local consiguiera sumar dos games seguidos para ponerse iguales en cinco, paridad que se mantuvo hasta el 6-6.

Como en los últimos sets de Grand Slam no hay tie break la definición se alargó aún más. Ya se habían pasado cuatro horas y el ganador seguía indefinido. El juego de precisión empezó a pesar más que el físico y ahí se destacó Nalbandian. El revés y el slice del cordobés comenzaron a darle frutos. Cuando Hewitt estaba al saque 7-7 y 0-40, el argentino consiguió meter una pelota profunda con slice y, sumado a una doble falta, consiguió el ansiado quiebre que confirmó con su servicio. Fue 9-7 en el último set para confirmar su racha de debuts invicto (9) en el Abierto de Australia.

Fuente: Clarín.com

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