Nunca antes Benedicto XVI había convocado a la cúpula cardenalicia en pleno para tratar las denuncias de abusos sexuales contra curas de varios países.

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El Papa reunió a 150 cardenales para analizar la pedofilia en la Iglesia – El Pontífice entregó una guía para afrontar de manera coordinada el problema. Por orden directa del Papa, el Vaticano enviará un programa a todas las conferencias episcopales del mundo católico con las guías «para afrontar de manera coordinada y eficaz» los múltiples casos de clérigos pederastas. La Santa Sede hizo el anuncio después del encuentro del Papa con 150 cardenales que vinieron aquí para el Consistorio Ordinario en el que Benedicto XVI «creará» 24 nuevos cardenales, 20 de los cuales con derecho a voto en el próximo Cónclave que elegirá a su sucesor.

Es la primera vez que el pontífice , en el más alto nivel de la conducción con los príncipes de la Iglesia, enfrenta la oleada de escándalos por los abusos sexuales de curas pedófilos, que han causado un serio desprestigio a la institución y al mismo Papa, shockeando al mundo católico de 1.150 millones de fieles.

El anuncio de la decisión de Benedicto XVI lo dio el cardenal norteamericano William Levada, prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe, cargo en el que es sucesor del propio Papa Ratzinger, quién durante más de 23 años fue «el guardián de la ortodoxia católica» y de la disciplina clerical, que incluye el tema de los abusos sexuales.

El «programa coordinado y eficaz» será enviado como una carta circular e incluirá la colaboración de las autoridades religiosas con las autoridades civiles. Una de las más frecuentes e intensas críticas en los países afectados por los escándalos ha sido precisamente que la Iglesia durante décadas prefirió mantener reservados dentro de los confines de la institución religiosa los casos de abusos sexuales , concediendo impunidad a muchos clérigos degenerados y culpables de abusos y ocupándose poco de la situación de las víctimas.

Según el cardenal Levada, el nuevo programa coordinado, asegurará un «compromiso eficaz» de protección a los niños y a los jóvenes.

Un comunicado del Vaticano señaló que el Papa y los 150 cardenales de los 203 que integran el Sacro Colegio «reflexionaron» sobre los casos de los curas pederastas. Los purpurados fueron informados por el cardenal William Levada que Benedicto XVI decidió actualizar el Código de Derecho Canónico en el área jurídica de los delitos de abusos sexuales de menores.

Levada reiteró la necesidad de «una mayor tutela» de los obispos hacia sus fieles . El titular del ex Santo Oficio dijo que es necesario «escuchar y acoger» a las víctimas y colaborar con las autoridades civiles. El Vaticano también pidió a los cardenales presentes y a las conferencias episcopales mundiales que haya una más «cuidadosa selección y formación» de los futuros sacerdotes y religiosos.

La oleada de escándalos comenzó en 2002 en EE.UU. y adquirió una nueva intensidad en Irlanda en los últimos dos años, cuando fueron realizadas dos investigaciones: el informe «Ryan» y el informe «Murphy», que llevan los apellidos de dos magistrados. La opinión pública irlandesa supo así que durante décadas sacerdotes, monjas y educadores católicos cometieron toda clase de abusos contra niños y adolescentes.

Alemania, Australia, Austria, Holanda, Bélgica y otros países también fueron conmovidos por grandes escándalos. En sus viajes, el Papa pidió varias veces perdón y se reunió con algunas de las víctimas. Benedicto proclamó también la «tolerancia cero» contra los culpables de pederastía. También reconoció que «el perdón no sustituye a la justicia». Es más: dijo que la mayor amenaza para la Iglesia «no viene de afuera, de enemigos exterior sino de su interior, de los pecados que existen en ella».

Pero muchas víctimas consideran insuficientes las medidas del Vaticano, que no termina de reconocer ampliamente que durante décadas se desarrollo en su seno una subcultura del ocultamiento de los casos. En EE.UU., las diócesis han debido pagar miles de millones de dólares en indemnizaciones. El arzobispo de Boston, cardenal Bernard Law, presente ayer en el encuentro de los purpurados, debió renunciar a su cargo, acusado de haber protegido a responsables de abusos. Law fue llamado al Vaticano y no ha sido sancionado. Otros temas que el Papa trató con los cardenales fueron el acoso que sufren los católicos en los países musulmanes, los ordinariatos católicos creados para recibir a los tradicionalistas anglicanos que se oponen al sacerdocio de las mujeres y al obispado de las féminas y homosexuales.

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