Volviendo a empezar

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El regreso – Nuestro Canto reunió a más de 3000 personas en una noche con clima de retorno. Cantaron 17 temas y se fueron ovacionados.

Y una noche volvieron. Y fueron miles. Sí, volvió Nuestro Canto y la Plaza les rindió su merecido homenaje.

Porque la noche estuvo apetecible en el clima y su gente lució expectante y respetuosa. Porque el «humito del chori» invitaba a una ciudad entera a acercarse y la temperatura era ideal para gozar al aire libre.

La propuesta del grupo de trabajo del Taller Protegido de hacer el evento resultó una invitación a la distensión y al gozo y de alguna manera, a la apertura de los ciclos en la plaza con la llegada de los primeros calores.

Porque Nuestro Canto nuevamente tenía algo para decir y mostrar sobre un escenario y lo hizo con creces.

Cuando el reloj marcaba las 0:45 hs. sonó una versión relajada de «Dos palabras» con clima intimista y los primeros aplausos se hicieron sentir. Nuestro Canto volvía a escena. Lisandro Bertaina, Osvaldo Martinez, Daniel Baquín y Esteban Albelo se apoyaron en grandes músicos para elegir retornar ante su gente y sus trabajos vocales lucieron renovados y maduros.

En los teclados, el «maestro» Juan Pablo Rossi imponía los climas y los toques sutiles. La base perfecta, machacante por momentos y rítmica casi siempre del «Pato» Céliz en batería y el bajo de Daniel Córdoba fueron la estructura ideal para cada canción y los punteos hirientes y profundos de Daniel Orellano le dieron la cuota sutil que le supo imprimir al grupo en sus comienzos la viola de Raúl Herrera.

Así, casi sin pausa, el grupo desgranó temas viejos e inéditos y la noche fue embriagante. Se destacaron el siempre exquisito «Dos palabras», «De Simoca» – infaltable en el repertorio del grupo- , «Entre la infancia y el hombre», «Jamás», «Zamba mataca», «Como el diablo de los bombos», «Mitaí», el litoraleño «Gaviota», «Las Golondrinas», «Lamento mataco» y un cierre brillante con la aclamada «La carpa de Don Jaime».

En total, Nuestro Canto repasó 17 temas y a pedido del público hizo dos bises. Cuando los fuegos artificiales le dieron cierre al espectáculo cerca de las dos de la mañana, nadie se había movido de la plaza. El grupo se mostró muy aceitado, casi como si nunca hubiera dejado de tocar, y los músicos acompañaron a la perfección a las cuatro voces.

La previa

Desde temprano, y por la exquisita temperatura, el anfiteatro se llenó de jóvenes y no tanto. A las 22:30 hs. la agrupación «El arriero» copó el escenario con danzas típicas y luego le siguió el ritmo y desenfado de «Swing Latino».

En familia y seductores

Cuando habían pasado las 23 hs. subieron al escenario «Hernán y Esteban». Acompañados por Roberto Clavero, Esteban – hijo de Lisandro Bertaina – y Hernán – hermano de Roberto- sedujeron con cinco temas melódicos. Las voces prodigiosas del dúo y el acompañamiento de Roberto en teclados y guitarras, arrancó exclamaciones del público femenino y de toda la platea.

Los chicos interpretaron temas como «Que me van a hablar de amor» de Cristian Castro para seguir después con los coreados «Que lloro», «Bendita tu luz», «Por amarte así» y «Si no te hubieras ido».

La noche fue redonda. Nuestro Canto volvió a ratificar que cuando propone, convoca. Más de 3000 personas fueron testigos del gran retorno.

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