Ya son veinticinco los obreros que llegaron a la superficie. Estuvieron atrapados 70 días, a casi 700 metros de profundidad.

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Milagro en Chile: en medio de la emoción, sigue el rescate de los mineros – El operativo se realiza sin inconvenientes. La transmisión oficial de televisión, impecable, mostró escenas inolvidables. Las manos apretadas, la boca sin aliento, los ojos aguados y con la esperanza a más no poder. Así, los familiares de Florencio Ávalos lo vieron salir caminando firme de la cápsula Fénix, la que lo devolvió a la vida tras pasar 70 días a más de 700 metros de profundidad rodeado sólo por las entrañas de la tierra y sus 32 compañeros. Fue la primera postal de un rescate inolvidable, amplificado por una magnífica transmisión oficial, que regaló escenas desde las propias entrañas del socavón.

Una ebullición permanente domina el campamento de Copiapó, ya rodeado por la madrugada. La salida de los mineros, en medio de gritos y abrazos, se adueña de los sonidos de la noche del desierto. Los primeros pasos fueron dados, en una tarde repleta de esperanza, por la cápsula Fénix que fue introducida unos 65 metros dentro del ducto que conecta con los trabajadores. Dio comienzo así a las primeras pruebas que terminaron con Florencio Ávalos en la superficie.

Después vino la segunda y más importante de las pruebas: que la cápsula bajase hasta los 610 metros de profundidad y volviera con información de cómo fue el descenso. Por allí no sólo habrá que sacar a los 33 mineros sino introducir a cinco rescatistas cuyas vidas también están en juego.

El primero de ellos, Manuel González recibió un pedido especial: «Tráigame a los mineros», le dijo el presidente chileno, Sebastián Piñera, que se encuentra en el lugar desde media tarde. Y cumplió. Florencio Ávalos ya está siendo atendido por los médicos del campamento.

Manuel González es un experto en minería de la empresa Codelco. Su descenso tardó 16 minutos. El siguiente paso, la preparación y subida de los otros mineros.

Piñera había confirmado que el rescate de los 33 hombres se había adelantado y que se iniciaría antes del anochecer. Previsto para las 20 de Chile, el operativo se retrasó unas horas pero sigue avanzando. A las 23.08 se lo dio por comenzado oficialmente.

Previamente, en la ciudad de Copiapó, el mandatario evocó las dificultades del rescate, el más complejo en la historia de la minería. «Siempre reconocimos que la vida de los mineros estaba en las manos de Dios», dijo al inicio de su visita. «Siento una profunda emoción y una profunda alegría», agregó.

Piñera, cuya popularidad creció luego de que fueran encontrados los mineros, participará luego en una misa en la bocamina con los familiares de los trabajadores atrapados.

El conducto de algo más de 60 centímetros de diámetro fue reforzado –encamisado, según la jerga– esta madrugada. Seis horas antes de lo estimado. Dos horas después se probó la cápsula, que traerá a la superficie a los mineros atrapados desde el 5 de agosto en esta mina de cobre y oro a más de 800 kilómetros de distancia al norte de Santiago de Chile.

El último en llegar a la superficie será Luis Urzúa, el jefe de turno. «Don Lucho» es también topógrafo y, como buen capitán de barco, será el último en abandonar la dramática situación. ¿Quién saldrá en medio? Habrá que aguardar. Abajo quedarán los cinco rescatistas que habrán bajado primero –tal como lo anticipó Clarín en su edición de ayer– para ayudar a los mineros a salir.

El campamento Esperanza amaneció con un viento frío que de a poco fue dando lugar al sol que hizo que el día sea, una vez, de mucho calor. Los familiares de los mineros casi ni durmieron entre los nervios y la ansiedad. Todos esperan que el operativo «San Lorenzo» termine con éxito y con todos los mineros arriba.

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