La Celeste armó una fiesta en las calles de Montevideo.

Regresó Uruguay! – El plantel, que terminó cuarto en Sudáfrica y tuvo a Forlán como mejor jugador del Mundial, fue condecorado por el presidente Mujica. Antes, recorrió la ciudad en micro. Decenas de miles de uruguayos ovacionaron el paso de la caravana, que duró más de cinco horas. Uruguay está de fiesta. El regreso de su selección, anoche, tras obtener el cuarto puesto en el Mundial de Sudáfrica -más la frutilla del postre, el premio a Diego Forlán como mejor jugador del torneo- desató hoy los festejos en las calles de Montevideo, algo que nadie quiso perderse a pesar del fuerte frío que castiga al Río de la Plata.

Los festejos se habían postergado ayer tras la noticia de que el avión que trasladaba a la Celeste había partido con demoras desde Johannesburgo. Anoche, el presidente uruguayo, José Mujica, recibió a la delegación en el aeropuerto y dijo que «Forlán es un maestro».

Mujica recordó que el día anterior a la partida de la delegación dijo a los futbolistas que iban a una fiesta y no a la guerra y les pidió que disfrutaran de ese acontecimiento. Por su parte, el delantero del Atlético de Madrid afirmó que este éxito deportivo «es una felicidad para todos» y que su mayor deseo en este momento era «llegar, descansar y disfrutar». El micro con los jugadores uruguayos -con la leyenda «Orgullo celeste»- dejó el aeropuerto de Carrasco rodeado de hinchas que gritaban y saludaban el paso de los jugadores.

Pero la situación se volvió masiva desde el mediodía. Los jugadores partieron desde el predio deportivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), a unos 28 kilómetros del centro de la ciudad, rumbo al centro de Montevideo, con un camión de bomberos en la delantera, haciendo sonar su sirena.

La caravana se tardó unas cinco horas en llegar a la zona donde se montó el escenario para recibir a los jugadores. Emocionados, los jugadores celestes saludaban y filmaban a la multitud que ondeaba banderas y saludaba con gritos, aplausos y papel picado el paso de sus ídolos. «Muchas gracias Uruguay por ayudarnos a soñar», «Gracias por darnos tanta alegría», eran algunos de los carteles que podían verse a lo largo del recorrido, mientras que otro rezaba: «Uruguay el país con más gloria per cápita del mundo».

Mientras un espectáculo musical animaba al público a la espera de la caravana, miles de personas de todas las edades seguían arribando a la explanada del Congreso, donde se montó un escenario con pantalla gigante.

Ya en el escenario, fue el turno de hablar para el Maestro Oscar Washington Tabárez. «Gente del Uruguay. Estamos sorprendidos, asombrados, impactados, emocionados, pero sobre todo agradecidos. Estos muchachos merecían un reconocimiento, pero esto ha superado todo lo imaginable. Está muy bien festejar, pero quizás lo que demuestran ustedes es decir ‘no nos quedemos con el resultado. El éxito no son sólo los resultados, sino la lucha, las dificultades para obtenerlo. El espíritu y también la valentía para superarlas», expresó el técnico, que cerró su breve discurso con un «¡Vamos Uruguay carajo!».

Uno de los momentos de más emoción fue cuando le tocó el turno de hablar a Forlán. «Quiero agradecer a todos, porque esto era impensable. El premio me tomó por sorpresa, pero lo gané gracias a mis compañeros, a la unión, al cuerpo técnico y al trabajo de todos, un trabajo de cuatro años, serio, humilde, con respeto. Trabajando así, haciendo las cosas bien, se puede llegar lejos», afirmó el delantero tras ser levantado en andas por otros integrantes de la Celeste.

Luego, llegó el turno de las condecoraciones. Se entregaron cincuenta medallas y la primera fue para el capitán del equipo, Diego Lugano. Cada uno de los integrantes del equipo y del cuerpo técnico recibió el premio y un afectuoso saludo del presidente Mujica. Las medallas tienen escrito «El pueblo uruguayo a (nombre) en ocasión de su brillante participación en el Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010». Todos los integrantes de la delegación, desde el Balón de Oro hasta el cocinero, recibieron la distinción.

Fuente: Clarín.com