Detienen en Santa Fe a un hombre con pedido de captura por un crimen en Sastre

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Ecos de un caso resonante – Iván Ramón Chuchuy estaba prófugo por el homicidio de Ariel Gustavo Roberto Cuevas, en un prostíbulo de la cabecera del Departamento San Martín. También se lo buscaba por otros hechos. Le incautaron 10 kilos de cocaína. Se llama Iván Ramón Chuchuy y lo conocen como Chapu, apodo con que dejó su marca en varias geografías de la provincia. Tiene 28 años y pesan sobre él dos muertes: una ejecución desde una moto en la ciudad de Santa Fe en 2005 y otra en un burdel de Sastre en 2007. El miércoles la policía puso fin a su irregular situación de prófugo al atraparlo en una casa de un barrio santafesino. Allí le incautaron diez kilos de cocaína de mediana pureza.

Los pesquisas santafesinos utilizaron al hablar del Chapu calificativos que lo exponen como un pistolero de sangre fría sin miedo a medirse a balazos. «Su casa está en una zona donde es muy difícil vigilarlo. Cambiaba todo el tiempo los lugares donde dormía. El allanamiento fue a las 5 de la mañana porque se levantaba a las 6 y empezaba a dar vueltas. La casa donde lo atraparon fue allanada una decena de veces y nunca se lo pudo agarrar. Ahora está en el palo de la venta de cocaína, pero fue asaltante  y también sicario», explicó a La Capital un investigador policial.

Ostentaba seis pedidos de captura

Estaba prófugo por los homicidios de Eduardo Ruiz, el 8 de abril de 2005 cerca de la Estación Mitre en Santa Fe, y por el de Ariel Gustavo Roberto Cuevas, en un prostíbulo de Sastre, el 22 de agosto de 2007.

También se lo buscaba por dos robos calificados —uno en Santa Fe en 2006 y otro en la ciudad cordobesa de San Francisco en 2007—, dos abusos de arma y una portación ilegal de armas de guerra, ambas de 2007. Además tiene otros cinco antecedentes en su prontuario y una condena a un año de prisión en 2000 por robos calificados reiterados, hurto calificado y tenencia de arma de fuego.

El territorio

En el barrio Santa Rosa de Lima, en la zona oeste de Santa Fe, viven unos 30 mil vecinos. Allí tenía su guarida el Chapu Chuchuy, en Pasaje Magallanes 4751, sobre una calle de tierra a metros del río Salado. Esa vivienda, ubicada entre un zanjón, las vías y la usina, está a nombre de una prima.

En ese lugar, el miércoles pasado efectivos de la Tropa de Operaciones    Especiales (TOE) y los ex Drogas Peligrosas de la provincia encontraron 20 envoltorios de cocaína de pureza del 50 por ciento. La droga tuvo un peso de diez kilos que fraccionado en dosis —más de 30 mil unidades— supone un valor de medio millón de pesos.

Ladrones de motos

Hubo otros cinco allanamientos. En tres casas linderas, en una despensa y una vivienda de Vera al 4700. Allí había dos motos —una Yamaha Génesis y una Honda Wave— con pedido de captura por haber sido robadas dentro de las 24 horas previas al operativo. «En los últimos tiempos se refugió en la venta de cocaína y en el robo de motos por las que pedían rescate. Eso le daba buena plata sin moverse de las dos manzanas donde lo cuidaban sus soldaditos. Ellos robaban las motos, pibes de entre 12 y 17 años», indicó la fuente antes de agregar que Chuchuy se movía en un Chevrolet Astra 2007.

A Chapu la división Homicidios de la capital provincial lo buscaba por matar a balazos a Eduardo Ruiz, un hombre de 34 años que había purgado una condena por un delito relacionado con drogas. Ruiz había vuelto a la calle hacía dos meses y trabajaba de panadero. A las 11 de la mañana del 8 de abril de 2005 detuvo su camioneta en un semáforo en las avenidas Zavalla y General López. A su lado se colocó una moto, el acompañante bajó y le disparó un tiro en el pecho. Por este crimen fue condenado un hombre a 15 años como el ejecutor material. El Chapu, quien manejaba la moto, se mantuvo prófugo. Por eso tenía uno de los pedidos de captura.

El otro provenía de la localidad de Sastre y era por otro crimen a sangre fría. El 22 de agosto de 2007 a la noche, tres hombres llegaron a la whiskería Luz de Luna y se sentaron a tomar una cerveza. A los pocos minutos uno de ellos se levantó, caminó hasta una puerta y se escucharon cuatro detonaciones. Gustavo Roberto Cuevas, un santafesino de 32 años conocido como Alemán estaba muerto. Dos cómplices encerraron a los clientes y a las alternadoras en una habitación bajo llave y luego, junto al asesino, emprender la huida sin dejar rastros. Para los investigadores quien jaló el gatillo fue el Chapu. Ahora responderá por ello.

Fuente: La Capital – Edición: San Jorge Noticias y El Trébol Digital

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