“Siento que crecí y que estoy pasando mi mejor momento”

La mejor de todas – Carolina Costagrande dialogó con El Trébol Digital tras ser homenajeada en Trebolense y haber bautizado a la cancha de voley con su nombre. Carolina Costagrande es la mejor jugadora de voley del mundo en la actualidad. Tras el triple scudetto con el Scavolini Pessaro, la jugadora nacida y formada en Trebolense decidió emigrar al voley ruso en un club de elite como el Dinamo de Moscú.

Pero antes se tomó unos días de descanso en El Trébol, donde fue homenajeada por Trebolense con el bautismo de la cancha de voley con su nombre.

Tras las emociones y cientos de fotos y flashes con las jugadores del club, Caro se sentó un rato a hablar con El Trébol Digital.

Lució atenta, de buen humor y hasta visceral. Caro fue siempre una persona muy para adentro, pero cuando se siente bien, habla sin problemas.

«Quizás hoy estoy en el mejor momento. Se acumularon tres años de triunfos y eso es importante y no es fácil repetirse o mejorarse. Siento que crecí y que estoy pasando mi mejor momento», dijo y agregó: «Llegué a los 29 años con mucha experiencia. Yo no me creo que llegué a la cúspide, no me quedo nunca pero me siento madura como jugadora y como persona».

Caro mostró un recorrido en su carrera con momentos de felicidad y otros de tristeza y con sensación de fracaso. Es que esta flaca, nacida en El Trébol, nunca pensó en Italia sólo como una salida económica y para «navegar» en la élite manteniéndose en un pelotón «del montón».

La estirpe de Carolina es la misma que le suministró en fuertes dosis un tipo como Mario Martínez. De algina manera, ese «siempre se puede ser más grande» fue un leit motiv que Caro supo forjar con golpes y aciertos.

«Tuve años de tristeza que me sirvieron para aprender. Tengo muchas cosas en la mochila. Algunas lindas y otras difíciles que me hicieron crecer. Hoy no tengo los miedos de antes aunque la incertidumbre siempre está. Yo me conozco, necesito estímulos para funcionar y por eso quizás ahora se da lo de Rusia».

Caro, a los 29 años, con la seguridad que le dio su nivel, sus títulos y su sufrimiento «pre gloria», arremete: «No quiero dormirme en los laureles y como quiero seguir creciendo, quiero conocer otro lugar. En Pezzaro dejé la mejor imagen mía, allí me quieren y me voy en un gran momento. En ese club yo jugué con el corazón y el hincha lo ve y lo siente. Pezzaro fue un club que apostó al valor humano y crearon un grupo bárbaro en el que todos jugamos por pasión en el club».

Rusia

Carolina Costagrande acaba de firmar contrato por siete meses con el Dinamo de Rusia. Un club de elite con el que jugará entre otras competencias, la Champions League, su única materia pendiente. «Es un desafío nuevo. Es un estímulo grande y al abrirse mercados como el ruso y el turco quise probar. Se fueron grandes jugadores de Italia y quizás sea el momento de los grandes campeonatos en Rusia. Jugaré la Champions y esto me motiva mucho».

Cancha de voley Carolina Costagrande

Carolina fue homenajeada por Trebolense tras una charla que la jugadora tuvo, durante casi dos horas, con padres, entrenadores y jugadoras de voley.

La cancha que la vio nacer, crecer y triunfar en el gimnasio del club «Celeste» de El Trébol, se llamará Carolina Costagrande.

Aún sorprendida, y visiblemente emocionada, Costagrande otra vez rompió el cascarón de su alma y equiparó en la balanza, lo notable de los scudettos con lo inmensamente pasional del reconocimiento. «Tengo momentos parecidos en el de levantar la copa y el scudetto y el homenaje en Trebolense donde le pusieron a la cancha mi nombre. Acá me conocen todos y ser reconocida en mi pueblo es una sensación hermosa. Son sentimientos profundos. No me largué a llorar porque hice fuerzas para no quebrarme, pero vi entre la gente a mi familia con lágrimas en los ojos y fue muy fuerte. No me esperaba esto del club, es casi como retrotraerme en el tiempo y volver a mis inicios. Una sensación maravillosa».

Caro además dijo que «la copa en Italia sólo la pude compartir con mi mamá, acá la gente del club sabe lo que me pasa y me conoce. Que la cancha que me vio crecer de chiquita se llame «Carolina Costagrande» es algo muy fuerte y muy difícil de explicar».