Se acerca el final del proceso contra el “Colorado” José Luis Baroni, acusado de matar a la directora de la escuela N° 268 de Cañada Rosquín. Hoy se escucharon los alegatos y el martes 29 se leerá la sentencia.

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La Fiscalía pidió perpetua y la defensa la anulación del juicio – Fueron 28 los testigos que declararon. Juliano Salierno
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El martes próximo se conocerá la sentencia por el crimen de la maestra de San Jorge, Alejandra Cugno. Para entonces, el tribunal deberá resolver si abona el pedido de reclusión perpetua de la fiscalía, o en cambio, hace lugar al planteo de nulidad del juicio esgrimido por la defensa de José Luis Baroni.

Esta mañana, las partes volvieron a enfrentarse en la audiencia destinada a los alegatos. Y nuevamente entre el público estuvieron las compañeras de trabajo de la víctima, quienes esperan la más dura de las condenas.

La exposición de la fiscal Graciela Parma comenzó pasadas las 9 de la mañana, en la sala del primer piso del edificio de Tribunales. La representante del Ministerio Público hizo un racconto de los acontecimientos que lo ubican al «Colorado» Baroni en la escena del crimen, aquel 6 de julio de 2009.

Se refirió a las pruebas reunidas a los fines de comprobar la autoría material del asesinato. Y se apoyó en las declaraciones de los 28 testigos que pasaron frente al estrado, que casi en su totalidad pusieron en crisis la versión del imputado.

«Reclusión perpetua»

En segundo turno, el fiscal Juan Pablo López Rosas se refirió a la calificación legal y al concurso de delitos revelados durante el juicio. En definitiva, la acusación pidió que Baroni fuera condenado por «rapto, abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, homicidio doblemente agravado por la alevosía y criminis causa, robo y estelionato en concurso real».

«Consideramos adecuado se lo condene a la pena de reclusión perpetua», expresó López Rosas. Antes puso en la balanza los atenuantes que juegan a favor del reo -no tiene antecedentes penales y es padre de 5 chicos-, pero los contrarrestó con su decisión de «aprovecharse de la bondad de la víctima», que calificó como una «actitud egoísta».

Además, le reprochó al preso que «durante el juicio mancilló el honor de Alejandra Cugno, que tenía una pareja estable, era decente y trabajadora». También le enrostró la mentira urdida para evitar una dura condena, que a pesar de ser un derecho del imputado, se excedió al involucrar a terceras personas que repentinamente se vieron en el aprieto de tener que confrontar con él.

Luego, María Amalia Mascheroni, presidenta del tribunal que conforma junto a Norberto Nisnevich y Dardo Rosciani, le dio la palabra a la defensa del imputado. Una vez más el que tomó el micrófono fue Claudio Villasboas, secundado por su colega Miguel Gassmann.

«Nulidad absoluta»

«Qué difícil resulta para un abogado hacer la defensa del imputado», dijo de entrada. Pero antes de alegar en favor de su cliente salvó sus ropas al declamar que no tuvo animosidad para con las maestras que estaban en la sala. En la audiencia del miércoles las docentes de Cañada Rosquín lo acusaron de hacerles una seña de reprobación con un pulgar hacia abajo.

Saldado el entredicho, el abogado se despachó con frases como «los penalistas no estamos para defender carmelitas descalzas» o «ponemos el alma aunque algunos digan que se la entregamos al diablo».

Pero en vez de argumentar acerca de los hechos puntuales que se le atribuyen a Baroni, Villasboas expresó que «esta defensa viene a solicitar concretamente la nulidad absoluta de todo el juicio».

Basado en disquisiciones técnicas, el defensor de parte cuestionó a la fiscalía diciéndole que «no alcanza con la emotividad de un discurso», «los hombres de leyes debemos ser fríos», agregó.

También se preguntó «qué hizo el Ministerio Público para velar por la secuela procesal» en la antesala del juicio oral y público. Y si bien «es cierto que toda la sociedad tiene la mirada puesta en Baroni», éste «tiene que ser juzgado en el marco de la ley» y durante este proceso «se aplicó un derecho que no está vigente», resumió.

El abogado oriundo de Vera, que se había parado para hacer su alocución, regresó a su silla anunciando que la defensa hace reserva de apelación, nulidad y queja, entre otros recursos posibles en caso de que la condena no le resulte favorable.

El día fatal

El juicio que se lleva a cabo contra José Luis Baroni, por el asesinato de la docente Alejandra Cugno, comenzó en Santa Fe el martes 15 de junio. Desde entonces hubo seis audiencias dedicadas a recibir declaraciones testimoniales por las que pasaron 28 personas.

Esta mañana fue el momento en que las partes presentaron sus alegatos y el martes que viene se oirá la sentencia.

Baroni está acusado del rapto de la docente, ocurrido en la tarde del 6 de julio de 2009, en el acceso por ruta a Cañada Rosquín. La víctima regresaba de la escuela Nº 268 de esa localidad, donde se desempeñaba como directora, y en el camino alzó al «Colorado», que hacía dedo en el cruce.

La madre de la víctima denunció la desaparición de Alejandra esa misma noche y poco a poco fueron apareciendo indicios de que nada bueno le habría ocurrido a la maestra.

El 10 de julio por la mañana, en medio de una conferencia de prensa en la que el juez instructor daba a conocer la cara de Baroni, como único imputado, la policía le avisó que en un campo del paraje Las Yerbas, en el departamento San Martín, habían hallado un cadáver en el fondo de un pozo de agua.

La misma noche que encontraron el cuerpo de Alejandra, la policía de San Justo atrapó al acusado, que fugaba camino al norte provincial.

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