Insultos, corridas, golpes, gestos obscenos y carteles irónicos de La 12 hubo en el arribo de los hinchas a los que Sudáfrica les prohibió ver el Mundial.

Escandalosa llegada a Ezeiza de los diez barras deportados de Sudáfrica – Un verdadero papelón. La llegada fue escandalosa y turbulenta, como son estos personajes. Salieron a las corridas. Uno camuflado con una máscara y una peluca celeste y blanca. Insultando, haciendo gestos obscenos y pegándoles puñetazos y puntapiés a periodistas, fotógrafos y camarógrafos. A varios los tiraron al suelo. En el aeropuerto de Ezeiza hubo carteles irónicos de La Doce, la barra de Boca, dedicados específicamente a uno de los diez barras deportados: «Bebote ida y vuelta», «Bebote vigilante», «Comprate un plasma y mirarlo por TV» e «Hinchadas Unidas Argentinas una vergüenza». Todos firmados por «El Jugador número 12». Cuando a uno de ellos se le preguntó por esta insólita reacción, salió con una respuesta fuera de foco: «Porque nos robaron». Pero no dijo qué, ni quien. Un dato: ninguno salió con valijas …

No hubo comité de recepción. Ni símbolos K. Ni banderas de Hinchadas Unidas Argentinas, como exhibieron en los últimos tiempos en cuanto estadio de la Argentina pisaron. Apenas los recibieron una decena de familiares, especialmente de los tres barras de La 14 (la hinchada de Lanús). No estuvo Marcelo Mallo, el kirchnerista que «inventó» HUA, esta ONG que -se sabía- iba a terminar como terminó: con los barras dando vergüenza en Sudáfrica y el escándalo reflejado en la portada de todos los medios internacionales. Pero sí hubo mucha presencia de los medios periodísticos que, con los flashes y luces de las cámaras, le dieron una «rutilante bienvenida» a los diez deportados por las autoridades de Sudáfrica, que se quedaron con las ganas de ver el Mundial. El avión que los trajo de vuelta se demoró en Brasil y la salida se concretó pasadas las 23. Entre los deportados, estuvo Sergio Flay Roldán, el jefe de la barra brava de San Martín de Tucumán, quien no salió por el hall del espigón internacional de Ezeiza. La Policía Aeroportuaria, cumpliendo estrictas órdenes de la jueza María del Pilar Prieto, lo detuvo apenas pisó suelo argentino por haber violado su libertad condicional. Y, esposado, lo condujo a un sector del aeropuerto para escoltarlo directamente a la provincia norteña.

Roldán, en su momento, había recibido una condena de ocho años por una tentativa de homicidio. Ahora deberá cumplirla efectivamente hasta enero de 2011, más un año y medio por haber violado la libertad condicional. En la salida hubo otros siete policías, con cascos y escudos, por prevención. Los únicos tres con cara de «guardaespaldas» estuvieron sentaditos, callados, sin hablar con nadie …

¿Por qué tardaron tanto en volver a la Argentina? Lo explicó el doctor Rodrigo González, quien junto a su hermano Gustavo defienden a Emiliano Tagliarino (barra de Huracán), Juan Duarte, Mariano González y Diego Gómez (los tres de Lanús). «Tardaron tanto porque ningún comisario de vuelo se quería hacer cargo de ellos», dijo. Hay que recordar que estos cuatro, más Roldán, Andrés Pillín Bracamonte y Julio César Navarro (ambos de Rosario Central), Pablo Alejandro Alvarez (Independiente), Pablo De Respinis y Luis Tuchi (Huracán) llegaron el domingo al aeropuerto O. R. Tambó, de Johannesburgo, e inmediatamente fueron detenidos y enviados de vuelta. El viaje de regreso comenzó el lunes a las 10.15 (hora argentina) e incluyó este itinerario: Johannesburgo-Luanda-Río de Janeiro-Buenos Aires.

¿Por qué los violentos fueron rechazados por las autoridades sudafricanas? Responde el abogado González: «Si la medida la tomaron basándose en una lista y los antecedentes que elaboró y remitió (Pablo) Paladino, de la Subsef, lo vamos a denunciar por discriminación. Ya hablé con los cuatro. Están bien. Y me dijeron que no protagonizaron ningún hecho de violencia. Ni en la ida, ni en la vuelta».

Fuente: Clarín.com