“Siempre extrañé volver al club que me vio nacer deportivamente”

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Vuelta a casa – La ex voleibolista y actual entrenadora, oriunda de Las Rosas, María de los Ángeles Frontera, regresó a Trebolense como profesora de la Liga Cañadense en el torneo Interasociaciones. María de los Ángeles Frontera, la ex voleibolista de Trebolense que emigró allá por el año 1996 a Boca Juniors, junto a Julia Pietrani, Carolina Costagrande y Evelyn Tibaldi, regresó este fin de semana al club que la vio nacer deportivamente.

La actual entrenadora oriunda de Las Rosas llegó a la ciudad como profesora de la Liga Cañadense de Voley en el torneo Interasociaciones que se lleva a cabo en la ciudad.

«La verdad que pasó muchísimo tiempo, hubo muchas cosas en el medio, pero siempre se extrañó el club donde empecé a jugar al vóley a nivel más profesional y que me permitió dar un gran salto en mi carrera», señaló María de los Ángeles.

A la hora de expresar como continuó su vida deportiva luego de jugar en Buenos Aires, Frontera dijo: «Después de Boca, estuve jugando 4 temporadas en España y tuve la desgracia de romperme la rodilla dos veces. Por eso decidí volver y terminar mi carrera en Boca, aunque en el medio jugué en otros clubes».

Su vida hoy

«Hoy estoy como entrenadora en el club Almafuerte, como profesora de Educación Física en el Colegio de las Hermanas de Las Rosas y yendo y viniendo a Buenos Aires porque tenemos otro emprendimiento, con lo que sigo viajando todas las semanas», explicó.

En el momento de hablar acerca de la relación que existe hoy entre «Mari» y aquellas compañeras de equipo que se fueron a Boca junto a ella, la «Rosense» dejó en claro que sólo mantiene contacto en la actualidad con Julia Pìetrani.

«Con la que más contacto tengo es con Juli (Pietrani), que fue mi mejor amiga siempre y lo sigue siendo. Gracias a Dios hoy se encuentra acá en El Trébol y la pude ver y charlar un rato. Con Evelyn y Caro no hablé más. Yo sé de ellas por amigas y eso, pero se perdió el contacto», remarcó.

Sus recuerdos

«Tengo muchos recuerdos. Lo que más recuerdo y me viene ahora a la mente es un asado que hicimos en los parrilleros al lado de la pileta, que fue una despedida de año y el último fin de semana antes de irnos a Buenos Aires. Me acuerdo que Mario Martínez nos regaló un diploma con un mensaje a cada una de las jugadoras, que aún lo tengo y esa fue una hermosa noche que compartimos todo el equipo junto», cerró.

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