Hasta siempre!

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Los dueños de los sueños – Pasó un gran encuentro de Escultores. Pasó el arte, quedaron el recuerdo y sus obras. Que se repita!
Fue y pasó. En medio de una semana difícil, llegó el arte a la ciudad y cientos de ciudadanos los disfrutaron como nunca. Como nunca? Creo que sí. Al menos intento creerlo.
Porque a la hora de desparramar comentarios de lectores en El Trébol Digital en política y policiales, fuimos los primeros y no hubo ahorros para decir y soltar opiniones.
Pero me llamó la atención que en una docena de notas referidas a este espectáculo impagable, no hubo un deslíz ni proyecto de comentario que se llegara hasta esta página.
Quiero creer que fue simplemente una casualidad. De todas maneras, ver la multitud en el acto de cierre fue emocionante. Ver a las «chicas del Chalecito Verde» que atendieron y mimaron a cada artista como si fuera un hijo propio, fue conmovedor, ver a cientos de personas que con frío o calor, mosquitos o tormenta, de mañana o de tarde, se llegaron hasta el predio del Ecológico para ver semejante derroche de talento y arte fue esperanzador.
Y así pasaron estos nueve locos en una semana increíble, en una isla de sueños entre la triste realidad que nos acecha cada día. Felices los que sueñan sueños y están prontos a hacerlos realidad!!!
Y ahí estaba el Peter Pan de Chile Sair Hugo Dumié Barraza, interpretando los sueños de los chicos para hacerlos aparecer con su mágica imaginación. Y ahí estaba el «Guli» al galope de su corcel de hierros retorcidos dándole vida a un sueño irreal pero tan próximo.
No me quieran hacer creer que no se puede vivir de sueños y que la vida se reduce a las noticias que nos arrojan los noticieros sólo para ver cuán agitada está la calle, cuán convulsionada está la economía y cuán triste está la mirada del país.
Porque ahí estaba Adriana, montada en su sueño de inmigrantes dando su «primer paso» en el inmenso tronco hecho baúl, hecho mamá y hecho papá (El sueño está acá Adriana! Lo hiciste realidad, el sueño es esto y nada más y sos parte de esa historia) Y ahí estaba el siempre silencioso Umpierrez, desde Uruguay apuntando con su cruz tridimensional y dándole un sentido a un pedazo de piedra que hasta entonces era casi la nada.
Se pasaron los días y el dejo de soledad que queda en algunas almas se mezcla con el vacío en otras. Entonces me acuerdo de los ojitos color cielo y la mirada pícara de Carina, su eterno talento y su capacidad para promover que las bocanadas de arte lleguen a los recónditos lugares del país y que Carloni entre un cigarro y otro talle cada toque hasta la perfección en una ráfaga de inspiración.
Se fueron y ya no están. Se fueron de cuerpo casi hasta el horizonte y no se disfrutarán otra vez. Se fueron porque los vientos de la vida los llevan hacia otro lugar donde el arte se hará realidad y donde habrá un hierro que soldar, un árbol que esculpir y una piedra que tallar. Entonces quedará el recuerdo del hombre de mármol, tan puro, tan humilde, tan grande … tan Mercurio y Enrique Roncal dirá a sus amigos de Lima que un pueblito del centro oeste santafesino lo vio brillar y lo escuchó tallar su grandeza de tanta historia antepasada.
Entonces nos habremos quedado solos, con Mario con la mirada del planeta puesta en el horizonte y la imaginación llena de un «deja vous». Y volverá a nacer el arte. De las piedras, las obras y las creaciones que quedaron para ser eternas. Y volverá el arte en el recuerdo de todos ellos. Porque quedaron sus marcas eternamente en la ciudad y grabadas por siempre en el corazón.
Volverá el arte. Un día, en el 2010 porque hay un soñador que una vez lo hizo posible una, dos y porque no tres y miles veces más!?
Y volverá el arte. Para aquellos que creen en los sueños. Para aquellos que viven de sueños. Para aquellos que creen que cada sueño puede ser hoy una manera de ver al mundo de una nueva manera.
Y volverá el arte, porque acá hay sueños. Los mismos que viven las chicas del «Chalecito Verde», los mismos que siente Mario, los mismos que promueve Soledad y los mismos por los que hasta vive Don Farias.
Hasta siempre, hasta entonces! Hasta que un amigo lleno de arte llegue a nuestro nuevo encuentro. Ojalá que con los mismos artistas de hoy, ojalá que también con los nuevos del mañana.

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