La historia del primer cementerio de San Jorge, un lugar mágico en el medio del campo

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Para el que no conoce la zona, puede resultar sorpresivo: en un camino rural como cualquier otro, rodeado de tierras fértiles consagradas al cultivo y custodiado por antiguos eucaliptus, que parecen cautelosos vigías, se yerguen los restos del Cementerio Sur de San Jorge.

Una cruz de hierro y un panteón semiderruido. Esos son los únicos vestigios que, en medio de un silencio apenas quebrado por el canto de los pájaros, quedan de lo que fue un solar destinado a brindar el último reposo a los colonos que construyeron los pueblos y ciudades de una amplia porción de lo que hoy es el departamento San Martín.

Para llegar, hay que viajar unos siete kilómetros desde la céntrica plaza San Martín de San Jorge hacia el sudoeste. Y para descubrirlo, es necesario agudizar la atención, ya que no hay letreros indicativos. Sin embargo, vale la pena visitar el lugar, auténtica huella del esplendor de las construcciones de otros tiempos.

Valor histórico

La historia del Cementerio Sur se remonta al mes de abril de 1893, prácticamente en sintonía con la fundación de San Jorge, producida en el año 1886. Entonces, según datos aportados por el Museo de San Jorge, la Comisión de Fomento de esa ciudad tomó la decisión de realizar el trazado del cementerio en un terreno cedido por el señor Boero.

¿Por qué las autoridades de aquel momento decidieron erigir este camposanto? Es que hasta ese momento, no existía en la zona un lugar acondicionado para dar sepultura a los fallecidos, que debían ser trasladados a la Colonia San Carlos. O, ante falta de tiempo o sospecha de fallecimiento por epidemias que pudieran contagiar al resto de la población, se los enterraba en chacras o campos particulares.

No sólo los difuntos de San Jorge iban a parar al Cementerio Sur una vez que se empezó a utilizar. La jurisdicción, según detalló Noelia Banchio del cementerio de San Jorge, incluía además a las colonias de Landeta, Las Petacas, Santa Rita, Las Yerbas y hasta Colonia Crispi. Llegó a tener algunos panteones en la zona sur (hoy se conserva uno) pero la mayoría de las tumbas eran depositadas en la tierra, marcadas con cruces de cemento, hierro o madera.

Patrimonio

El cementerio sur se utilizó hasta el año 1910. En ese momento, debido a que ya se encontraba ocupado casi en su totalidad, se decidió realizar el traslado de los restos al cementerio norte.

Recién 90 años más tarde, el 12 de octubre del 2000, las autoridades sanjorgenses lo declararon Patrimonio Histórico Municipal tal como consta en la ordenanza 1207 y en una placa que se conserva bajo la centenaria cruz de hierro. Lo cierto es que, en medio de la morosidad de la zona agrícola del oeste santafesino, es un predio que honra el pasado.

Fuente: El Litoral

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