“Agustín vive hoy en 8 personas” – Tercera y última parte – Por Francisco Díaz de Azevedo

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“Jolucho” mira a su alrededor, un galpón con todas las de la ley. Fierros, chapas, tierra, viruta, caños, gomas y herramientas. Y habla de Agustín: “El en el taller hacía lo que vos quieras. Torneaba, pasaba la piedra, todo. Se me fue una parte de mí y por él yo tengo que seguir. El quería estudiar, quería progresar, tenía muchos sueños”.

Ricardo, menea la cabeza de manera negativa.  “No hay consuelo para nosotros. Para mí como abuelo ni para mi hijo ni para mi nuera”, dice.

Donación de órganos

Y Alejandra vuelve al Sanatorio de Niños en ese momento dramático que nunca más olvidará.   “Cuando hicieron los electros y detectaron muerte cerebral llamaron a la gente del CUDAIO. Esa gente nos apoyó, el personal y las doctoras y enfermeras lloraron con nosotros. Le rezamos pero su alma ya no estaba acá en las últimas horas”.

Agustín dejó en esta tierra sus órganos vitales que extendieron otras vidas a lo largo del país.

“Nosotros creemos que unas 8 personas se salvaron por Agustín. Nosotros lo charlamos con nuestros hijos y decidimos donar los órganos”.

Agustín donó el corazón, el hígado, los riñones, los pulmones y las córneas. Parte de sus órganos fueron a Salta, algo quedó en Rosario, otra viajó a Córdoba y el resto al Garraham a Buenos Aires.

Tras el sepelio , la familia comenzó un duelo que será largo y duro.  “Cuando me desperté por primera vez en mi casa sin Agustín, me consoló saber que sus córneas sirven para que alguien vea el sol y las estrellas, sus pulmones siguen respirando y su corazón late en otra persona”, se consuela Alejandra mirando al cielo. Ese cielo de chapa de un galpón que durante 13 años fue la segunda casa de su segundo hijo.

Y su papá afirma con orgullo.  “El que se quedó con el corazón de Agustín, se quedó con la mejor parte. Esa es la persona más afortunada de todas”.

Y agrega:  “También quiero agradecer también a quien habló mal de Agustín. Alguien dijo que era drogadicto. Y quiero aclarar que los análisis de orina dieron que estaba totalmente limpio, no tenía nada. Mi hijo era un Nº 1, era un grande y los que hablaron mal lo hicieron aún más grande”.

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