Por Francisco Díaz de Azevedo

 

Muchos me preguntaron éste lunes sobre Soda Cirque, el homenaje de Cirque du Soleil a Soda Stereo.

Sólo puedo plasmar mi humilde percepción, como espectador, que tiene un corazón delator lleno de Soda y su música.

El #sodacirque es un espectáculo circense 100%. Un show mágico, por momentos hipnótico, por momentos asombroso, y altamente emotivo.

“No esperen ver un concierto de rock”, les dije a todos. “No esperen ver a Soda Stereo”, le dije a muchos. Escuché de alguien decir ingenuamente un “No actúan ni Zeta ni Charly”… y la carita de asombro de los Emoticones se me pasó por la mente… sí… esa de los ojos bien abiertos.

Sí. Entiendo que es difícil no traicionar el inconsciente. Todos extrañamos a Soda y mucho más a Gustavo. Y moriríamos por ver lo imposible, pero simplemente es imposible.

Soda Cirque es un espectáculo circense con altas reminiscencias a la banda más grande que américa latina jamás pudo tener ni tendrá. Pero es circo.

Desde la acrobacia a la magia misma, de la escena a la coordinación, de lo mítico a lo inimaginable, todo envuelto para regalo en una hora y treinta y seis minutos de puro e intenso show.

Las tres bolitas blancas en el cielo del comienzo arrancan un lagrimón, sus voces, su eco, te transporta. Es Soda, esencialmente… es Gustavo, con Zeta y con Charly.

Después llega el show. No conseguiste platea y pagaste campo??? No te lamentes!!! Fuiste muy afortunado! El show se centra en todo el estadio y si estás en el campo, tené cuidado con tu corazón, tus palpitaciones y tu presión arterial… porque vas a ser el show mismo.

En “Persiana Americana” llega el primer agite popero, mientras los malabares se recrean en el escenario cóncavo del mundo del “Sé7timo día”, la masa delira y canta “… sólo así, yo te veré, a través de mi…”.

“Signos” llega ampuloso y contrasta con la tesitura de la canción más floydiana con “reverbs”.

Está la Jackson azul, buscala, sumergite, porque está, esa que Gustavo compró en los Estados Unidos en 1986 y que lo acompañó hasta el último River del 2007.

No faltó la “reja” del clip de “La ciudad de la furia”, ni los parlantes de “Sueño Stereo”, ni los trajes de “Cerati Sinfónico” , ni el Bajo “Kubicki” bordó de Zeta.

Para “Té para tres” llega lo más íntimo del show, no lagrimees. Esa diminuta artista asiática con su acústica, se sienta en un fogón en pleno campo, sí, justo ahí, en la entrada que pagaste vos, y canta la desgarradora “…te ví que llorabas por él…” PD: Si querés llorar, llorá, yo lo hice… todo el show.

“Crema de estrellas” le sienta bien al público, les recuerda la dulzura de la voz de Gus… Pero todo es circo, no te olvides. Un circo que se disfruta sin Coca Cola y sin palomitas, se vive con Soda.

El Cirque du Soleil, el mejor circo del mundo, finalmente hace un espectáculo de UNA BANDA ARGENTINA… y no hay dimensión posible para imaginarlo. Más de un millón doscientas mil entradas en toda América ya vendidas para este espectáculo. Gulp!!! Hacé cuentas…

Desde el escenario al campo, cada tema te transporta a una nueva historia, y uno pasa de la euforia a las lágrimas, de las lágrimas al asombro, del asombro al silencio y del silencio a la ovación…. Así, en un instante.

Para “En remolinos” la gran flor de Buenos Aires… sí… esa que está por Plaza Francia… pegadita a la Facultad de Derecho… toma vida. “Gira el sol, gira el mundo, gira DIOS”… canta Cerati desafiante y la energía misteriosa aparece entre la gente en pleno campo. Mirás, no lo podés creer, abrís la boca como un tonto… claro, pasa ante tus ojos… “florecer mirándote a los ojos… perfección”.

El Cirque du Soleil, ese mágico mundo creado en Canadá, homenajeó a genios como The Beatles, Michael Jackson y … ejem… a Soda Stereo…

Yo me pregunto… como hacer fluir y conjugar la mística y la euforia de Soda con el asombro y la magia del Circo más prestigioso del mundo? La respuesta la encontré en Corrientes y Bouchard de “La ciudad de la furia”… ese Buenos Aires tan susceptible.

Para el final llega “De música ligera”, en una versión “demo classic power trío” que te hace aplaudir hasta que te duelen las palmas, pero querés aplaudir más y estar en River haciendo pogo… el pogo más maravilloso del mundo… por cierto… jejeje.

Pasaron 10 años de ese “Me verás volver”, de los River… se fue Gustavo, se transformó al mito, y fue desde entonces un disco eterno, en una luna roja y sobre el mar negro.

Pasaron los días, los meses y los años, quedó la esencia para no irse nunca más. Porque ya nada nos libra de cada melodía y cada letra, de cada frase y de cada acorde, pero como un día dijo Gustavo… “siempre seremos Soda”.

PD a modo de bonus track:

Yo siempre voy a ser de ese pogo, el pogo de Gustavo, Charly y Zeta. El pogo de la textura delicada, de la letra sútil, del recital perfecto, de la mística a flor de piel, de la banda que marcó mi vida, de la canción que acompañó mis días, de la melodía embriagante, del escenario acorde, de la multitud felíz, de la frase acorde, del contrapunto interminable, de la lágrima que nunca se seca y de la PRS en llamas… porque como dijo Gustavo, en esa noche del 21 de diciembre de 2007 ante 70.001 espectadores… “Siempre seremos Soda…” y ese uno lo llevará siempre en el corazón, que por cierto, es muy delator.

https://vimeo.com/211410708

 

Todas las fotos: Francisco Díaz de Azevedo – Estadio Luna Park – Ciudad de Buenos Aires – República ARGENTINA.

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