Hoy es la primera sesión y todo indica que habrá “fumata negra”, ya que ningún aspirante tendrá los 77 votos necesarios.

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Decisión en la Iglesia: Con tres favoritos comienza el Cónclave para elegir Papa – Los papables son el italiano Scola, el brasileño Scherer y el canadiense Ouellet. Ha llegado el gran día del inicio del Cónclave y ya al atardecer de hoy 115 hombres en pugna votarán para elegir al líder religioso más importante del planeta, que comanda a 1.200 millones de fieles de una Iglesia en crisis tras la renuncia de su Papa. Pertenecen a 51 países los cardenales electores (menores de 80 años) que deberán orientar sus preferencias en este primer sufragio, una especie de primarias que deberían indicar cuáles son los candidatos favoritos.

Como señaló el portavoz pontificio, Federico Lombardi, cuando se quemen estos votos saldrá, entre las 15 y las 16 hora argentina, una fumata negra, porque las primarias son un tanteo con indicaciones que deben consolidar o arruinar a los contendientes principales.

La mitad de los cardenales se mantienen «abotonados», como dicen los italianos. No dicen qué nombre quieren. En los papeles, al Cónclave entra adelante el italiano arzobispo de Milán y ex patriarca de Venecia Angelo Scola, de 71 años, que contaría con un poco menos de 40 votos, una cifra importante pero insuficiente, lejana de los 77 sufragios necesarios para contar con los dos tercios de la asamblea y salir elegido. En abril de 2005, el superfavorito Joseph Ratzinger cosechó 47 unidades en la primera y al día siguiente siguió subiendo en la segunda y tercera votación, para ser consagrado en la cuarta, en plena tarde soleada de Roma. Scola cuenta con un apoyo mixto de cardenales norteamericanos, sudamericanos, europeos del norte, algunos purpurados italianos y orientales, que quieren redimensionar el poder de la Curia y el llamado «partido romano».

El otro favorito sigue siendo el brasileño arzobispo de San Pablo, Odilo Pedro Scherer, 63, que empuja hacia arriba el «partido romano» del Decano Angelo Sodano, de 85 años, que se queda fuera del Cónclave por su edad, y del cardenal camarlengo Tarcisio Bertone, 78. Ambos viejos enemigos, están unidos en la defensa del poder excesivo y poblado de escándalos de la Curia Romana que la mayoría de los cardenales quieren sanear.

Los enfrentamientos no son ideológicos, porque los cardenales son conservadores, tradicionalistas, de cuño ratzingeriano o educados en la escuela de Juan Pablo II.

En 35 años los dos últimos papas barrieron con el ala progresista de la Iglesia, la marginaron de las jerarquías y el colegio de cardenales. La barca de Pedro ha quedado desequilibrada y las luchas internas son exclusivamente por el poder.

A la hora de entrar al Cónclave, los analistas señalan que crecen otros candidatos ante la perspectiva de que Scola y Scherer se veten mutuamente en las primeras votaciones.

Un tercero en discordia con muchas posibilidades es el canadiense Marc Ouellet, 68 años, hombre de la Curia Romana pero con experiencia pastoral, que fue arzobispo de Toronto y vivió muchos años en Colombia. Podría conseguir una docena de sufragios en la primera votación.

Ouellet es americano pero no estadounidense y presidente de la Pontificia Comisión para la América Latina. En Colombia y México cuenta con purpurados simpatizantes. Su figura produce menos resistencias en los bloques enfrentados por las candidaturas de Scherer y Scola. Representa una alternativa, como lo fue el polaco Karol Wojtyla en 1978, propuesto cuando el Cónclave quedó bloqueado por la contraposición entre los cardenales italianos Giovanni Benelli y Giuseppe Siri.

Pero si el italiano Scola y el brasileño Scherer se demuestran candidaturas preliminares, en la fila de aspirantes hay otros personajes en pugna además de Ouellet. Está el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan o el franciscano con sayo capuchino Sean O’Malley, de Boston. Ellos proponen un Papa norteamericano, opción increíble para muchos por los contragolpes que tendría un jefe de la Iglesia de la superpotencia estratégica.

En los manejos y forcejeos pueden presentarse también alternativas como el húngaro Peter Erdo, presidente de los obispos europeos, o el arzobispo de Viena Christoph Schoenborn. Más allá están tres cardenales africanos que representan las nuevas fronteras de la Iglesia y el filipino Luis Antonio «Chito» Tagle, de 56 años, hijo de madre china, lo cual es un dato importante. Elegir al carismático «Chito» sería una audacia.

Pese a las luchas, todos piden lo mismo. Un Papa evangelizador, carismático, pero también un jefe de la Iglesia de mano fuerte, eficiente organizador, que ponga fin a los escándalos en la Curia.

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