Despedida popular en el Congreso Nacional

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Murió Leonardo Fabio – A partir de las 20, la gente ingresó a darle un último adiós a Favio, velado a cajón cerrado. Una emotiva ceremonia, entre flores y «La marcha peronista». A las 23.45 fue la Presidenta. Desde ayer a las 20, y durante toda la noche, el salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional estuvo abierto al público para despedir a Leonardo Favio. Por allí desfilaron, con profundas muestras de afecto, actores, músicos, directores y miles de personas que supieron dimensionar su obra.

Una de las primeras figuras en llegar al recinto fue la actriz Ana María Picchio. Con el correr de la noche se sumaron, entre otros, Víctor Laplace, Ignacio Copani y el cineasta Pino Solanas, quien declaró que «es una gran pérdida para la cultura nacional; es también una gran pérdida para el cine argentino. Leonardo fue un gran artista múltiple». A las 23.45, y sin hacer declaraciones, ingresó la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

Fue un sepelio a cajón cerrado, que estuvo cubierto por una enorme bandera argentina. El féretro que trasladó los restos del artista arribó al Congreso a las 19.30. Media hora más tarde se abrieron las puertas para el libre ingreso del público. Enseguida se armó una extensa fila para brindar el último adiós y las múltiples coronas florales inundaron el salón. Una de las más destacadas era la de la Asociación Argentina de Actores.

Pese al dolor, el clima que atravesó la noche fue la de una evocación alegre de un artista que disfrutó a fondo toda su vida. En la fila para ingresar al Congreso, los asistentes comentaban fragmentos de sus películas y de sus canciones. Una de las muestras más palpables de esta sensación fue la llegada, a las 22.30, de Nicolás, el hijo de Leonardo Favio. Lo hizo con la frente en alto, con una remera del Che Guevara, y abrazó a todos los que se cruzó en el camino. Un ratito antes, el público entonó La marcha peronista . Hoy, a las 15, el cortejo partirá rumbo al panteón de SADAIC, en el Cementerio de la Chacarita.

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