Es por el desacuerdo entre oficialistas y opositores para elevar el endeudamiento de EE.UU.

Lo más leido

El FMI advirtió que peligra el dólar como moneda de reserva mundial – Lo dijo la directora del Fondo, Christine Lagarde. La crisis acerca al país al default. Anoche seguía la pelea furiosa entre los dos bandos en el Congreso. La Directora del FMI, Christine Lagarde, no es una actora en el juego político que está teniendo lugar en Washington. No participa en la mesa de las negociaciones ni tiene intereses partidarios. Por eso, cuando ayer dijo que si no hay un acuerdo entre republicanos y demócratas para elevar el techo de la deuda antes del 2 de agosto «peligra el dólar como moneda de reserva internacional», el mundo entero escuchó con mucha atención y preocupación.

Según Lagarde, la falta de acuerdo puede provocar «una caída del dólar respecto de otras monedas, y probablemente dudas en el ánimo de quienes conservan divisas, acerca de si el dólar es efectivamente la moneda de reserva última y de primer orden», Teniendo en cuenta que ya hay países como Brasil y China que vienen presionando para que el dólar sea reemplazado por una canasta de monedas, la advertencia de Lagarde es doblemente seria.

En el Congreso estadounidense, sin embargo, a nadie pareció importarle. El verdadero «circo político» que sucede aquí entre oficialistas y opositores tuvo ayer un nuevo capítulo. Los republicanos salieron a desafiar a Barack Obama con un proyecto de ley para elevar el techo de la deuda y reducir el déficit fiscal como demanda la Casa Blanca, pero en sus propios términos. Los demócratas advirtieron que, si este proyecto llega al Senado, será rechazado. Y como si eso fuera poco, el gobierno advirtió que si llegase a ser aprobado en el Senado, algo que es poco probable, Obama lo vetará. Entonces ¿por qué los republicanos insisten con un proyecto condenado a muerte? No hay dudas de que se trata de una prueba más de cuán disfuncional es hoy el sistema político estadounidense. Pese a que con el dólar en la picota EE.UU. se está jugando su privilegiado rol en el sistema monetario internacional, la polarización política sigue al orden del día.

Al cierre de esta edición todavía no se sabía si el proyecto republicano sería debatido y menos aprobado porque la votación fue postergada, señal de las diferencias internas entre los republicanos azotados por los fundamentalistas del Tea Party. Si bien el presidente de la cámara de Diputados, el republicano John Boehner, se mostró confiado en que había logrado suficiente apoyo en su partido, la postergación indicó lo difícil que le resulta lograr los votos. Desde el punto de vista del juego político, el gran desafío de Boehner ha sido demostrar que está en condiciones de controlar a los diputados del Tea Party opuestos a toda concesión.

Stan Collender, un economista independiente que trabajó en los Comités del presupuesto de Diputados y el Senado, cuenta que asistió a una reunión entre un grupo de jerarcas del Tea Party y legisladores de ese movimiento y que la reunión fue desopilante.

«Hablaron sucesivamente los jefe del Tea Party de Virginia, Pennsylvania y Florida. Se pasaron mas de 45 minutos gritándoles a los diputados que ‘nosotros los hemos elegidos pero podemos deselegirlos’ y exigiéndoles que, primero, no voten en favor de que se mantenga abierto (con plata) el Gobierno durante todo el 2011 a menos que se retiren los fondos para el «ObamaCare» (la reforma del sistema de salud de Obama); y, segundo, que no voten a favor de levantar el techo de la deuda bajo ningún circunstancia».

Según Collender, los miembros del Tea Party dijeron explícitamente que no tienen confianza en Boehner ni en Eric Cantor, jefe de los republicanos en Diputados.

Boehner cedió ayer con un proyecto que prevé una reducción de gastos de 915.000 millones de dólares en 10 años, a cambio de un incremento del techo de la deuda de 900.000 millones antes del 2 de agosto. Esa diferencia es porque estos fundamentalistas exigían más ahorro que endeudamiento. Pero Obama rechaza el plan porque le da financiamiento hasta diciembre. Y en 2012 debería volver a negociar en pleno año electoral.

Obama demanda un acuerdo que permanezca hasta fines de 2012, atento a que en plena campaña no habrá posibilidad de acuerdo.

Fuente: Clarín.com

Más artículos

 

Últimos artículos