La fiscalía de Nueva York demandó a la firma de auditores Ernst & Young por falsear datos sobre las finanzas del banco Lehman Brothers, quebrado en 2008.

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Denuncian un “masivo fraude” financiero en Wall Street – El caso inició la «crisis de las hipotecas», que llevó a un colapso financiero global. El Estado de Nueva York anunció ayer la presentación de una demanda judicial contra la auditora Ernst & Young por la certificación de cuentas que hizo del quebrado banco de inversiones Lehman Brothers, cuya caída en 2008 fue el síntoma detonante de la llamada «crisis de las hipotecas» y que derivó en una crisis financiera y económica global.

El Estado neoyorquino considera que Ernst & Young ayudó al banco a maquillar la inminencia de la quiebra con un «masivo fraude contable» .

El todavía fiscal general del Estado, Andrew Cuomo (recién electo como gobernador del Estado), presentó una demanda civil en la que acusa a la firma de consultoría y auditoría de «fraude contable consistente en retirar subrepticiamente del balance de Lehman decenas de miles de millones de dólares en títulos financieros relacionados con los mercados de crédito, a fin de engañar a la opinión pública sobre su situación real de liquidez «.

Lehman fue un banco muy tradicional de la historia económica de EE.UU. hasta su quiebra en 2008. Y Ernst & Young, cuyo eslogan es «calidad en todo lo que hacemos», es una de las firmas más grandes de su rubro de servicios contables (una de las «4 grandes») y tiene presencia en numerosos países, entre ellos Argentina. Su base global está en Londres. En EE.UU. es la número dos de su actividad.

De algún modo, la práctica que se usó en Lehman fue similar a las que hace una década se hizo con empresas quebradas como la energética Enron o WorldCom de telecomunicaciones, en lo que entonces se llamó irónicamente «contabilidad creativa». También en la firma italiana Parmalat.

Ahora, el fiscal Cuomo acusa a Ernst & Young de haber puesto en práctica «durante más de siete años hasta su quiebra en setiembre de 2008» una técnica llamada «Repo 105». Se trata de prestar a otra institución financiera activos de mala calidad al cierre contable del trimestre.

En este operatoria se involucraron más de 50.000 millones de dólares , dice la demanda. Y la auditora cobró comisiones por 150 millones que esta demanda pretende que sean devueltos.

Bancos europeos con intermediación de una firma británica –ya que no se logró una opinión legal consistente en EE.UU. en ese momento de que se tratara de una venta y no de una mera financiación– aceptaban esos activos durante algunos días, a cambio de liquidez, por lo cual recibían además una comisión.

A diferencia de lo que pasó en EE.UU., la firma de asuntos legales británica Linklaters opinó que se podía pasar la operación con Repo 105 como una venta de activos y no como financiación momentánea, pero sólo si se registraba en el Reino Unido. Así, con esos números que embellecían sus balances Lehman fingía que tenía liquidez , lo que era informado a la Bolsa de Comercio y a sus clientes (grandes inversores de carteras diversificadas) sin aclararles el origen y lo efímero del dinero.

Una empresa auditora y contable «de reputación mundial, encargada de auditar las comunicaciones financieras de Lehman, ayudó a ocultar esta información clave», explicó Cuomo en su demanda.

El objetivo de la justicia neoyorquina es recuperar «la totalidad de los honorarios recibidos por el trabajo cumplido en beneficio de Lehman entre 2001 y 2008, que superan los US$ 150 millones, más daños e intereses para los inversores».

Se trata de la demanda judicial más importante desde que estalló la crisis en 2008, que llevó a una ola masiva de ejecuciones hipotecarias y quiebras, nacionalizaciones o fusiones de los bancos que participaron de la especulación con títulos hipotecarios.

El caso se basa en la ley Martin de 1921, sobre corrupción financiera, y se aclaró que no alcanza de modo personal a ninguno de los ejecutivos de Ernst & Young, lo que incluye a su jefe ejecutivo de muchos años, sir Richard Fuld. Según una columna de opinión en el sitio Money CNN , es muy improbable que Ernst & Young siga la suerte fatal de Arthur Andersen por el caso Enron.

De acuerdo con lo que trascendió de la investigación, al menos un empleado de Ernst & Young advirtió a sus superiores sobre el uso que se hacía de la técnica «Repo 105». Fue Bharat Jain, quien en 2006 le hizo notar a su gerente que deberían evaluar sobre los riesgos de la reputación que la maniobra suponía. Y que quizá deberían consultar a autoridades regulatorias. La superiora dijo que elevaría sus inquietudes, pero no se supo más del tema.

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